A partir del siglo XX, México ha sufrido una profunda transformación demográfica. En 1900, la población apenas rebasaba los 13 millones de habitantes, a mediados de 2006 ya era ocho veces mayor (104.9 millones, 50.7% de mujeres y 49.3% de hombres) y se proyecta que en 2050 ascienda a cerca de 122 millones de habitantes. La tasa de crecimiento poblacional alcanzó su valor máximo en la década de los setenta (3.5%), desde entonces ha disminuido y se calcula que la población dejará de crecer alrededor del año 2040. El número promedio de hijos también se ha reducido: en 1950 fue 6.6, en el 2005 de 2.2 y se espera que en 2050 alcance 1.85 hijos por mujer. La estructura de la población también ha cambiado: la proporción de niños en edad preescolar se redujo y se ha incrementado la de jóvenes y adultos mayores. La Razón de Dependencia1 es reflejo de este cambio: en 1950 fue de 0.83 (es decir, 83 personas dependientes por cada 100 productivas), mientras que en 2005 su valor fue de 0.57. Esta condición favorable para el país, llamada “bono demográfico”, se mantendrá hasta cerca del 2020, cuando la Razón aumente por el mayor número de adultos mayores que dependerán de un menor número de personas en edades productivas.
|