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6.2.1 Calidad del agua

La descarga de aguas residuales domésticas e industriales sin un proceso de tratamiento que elimine los contaminantes que contienen afecta negativamente la calidad de las aguas superficiales que las reciben. La calidad del agua de un cuerpo depende de múltiples factores, entre los que destacan la calidad y cantidad de las descargas directas de agua o de residuos sólidos provenientes de las actividades domésticas, agropecuarias o industriales, así como la disposición inadecuada de residuos sólidos urbanos o peligrosos que pueden, a través de los escurrimientos superficiales y lixiviados contaminar los cuerpos de agua, entre otros. Los contaminantes que llegan a los cuerpos superficiales dañan tanto a los ecosistemas acuáticos (en ríos, canales, lagos y mares) como a la salud humana. Aun cuando los ecosistemas acuáticos y terrestres son capaces de procesarlos y diluirlos hasta cierto grado, en altas concentraciones y sin tratamiento pueden, además de causar la desaparición de la vegetación y fauna, impedir el aprovechamiento de los recursos hídricos de los cuerpos afectados.

La calidad del agua es un atributo que mide las propiedades físicas, químicas y biológicas del líquido (Peters et al. 2009); su estado es determinante para el uso que se le asigne, ya sea como agua potable, para recreación, la agricultura o la industria, por lo que se hace necesaria la existencia de estándares de calidad específicos para los distintos usos (UNDP et al., 2000).

En México, la calidad del recurso hídrico se mide sistemáticamente a través de la Red Nacional de Monitoreo (RNM) de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). En 2012, la RNM contaba con 3 957 sitios de monitoreo en aguas superficiales, de los cuales 2 517 estaban ubicados en cuerpos de agua superficiales y 1 045 en zonas costeras. A los anteriores hay que añadir 102 sitios pertenecientes a la red de estudios especiales y 293 a la red de descargas. Los sitios con monitoreo de calidad del agua están ubicados en los principales cuerpos de agua del país, incluyendo zonas con alta influencia antropogénica.

La Conagua publica entre sus principales indicadores de calidad del agua, la demanda bioquímica de oxígeno a cinco días (DBO5), la demanda química de oxígeno (DQO) y la concentración de sólidos suspendidos totales (SST). La DBO5 es un indicador de la cantidad de materia orgánica presente en el agua. Su incremento provoca la disminución del contenido de oxígeno disuelto en los cuerpos de agua, creando condiciones de “anoxia” que dañan a las comunidades biológicas de los ecosistemas acuáticos. En 2012, el 40.7% de los 2 588 sitios de monitoreo examinados tuvo medidas de DBO5 inferiores a los 3 mg /L, valor que se clasifica como de una excelente calidad del agua. En contraste, cerca de 11.8% de los sitios tenía valores mayores a 30 mg /L, valor considerado como el límite máximo permisible para la protección de la vida acuática en ríos. La mayor cantidad de los sitios con altos valores de DBO5 y considerados como contaminados y fuertemente contaminados se concentraron en las regiones Aguas del Valle de México, Península de Baja California y Lerma-Santiago-Pacífico (en 27.3, 23.5 y 20.7% de sus sitios, respectivamente; Mapa 6.2.1.1).

 

 

Mapa 6.2.1.1 Distribución porcentual de sitios de monitoreo en cuerpos de agua superficiales para demanda bioquímica de oxígeno a cinco días (DBO5), 2012

 
     
 

La demanda química de oxígeno (DQO) se utiliza como indicador de la presencia de sustancias provenientes de descargas no municipales. En 2012, de los  2 601 sitios de monitoreo, 26.2% se clasificó dentro de la categoría de “contaminado” (con valores superiores a los 40 mg/L que sugieren la presencia de descargas de aguas residuales sin tratamiento) y 5.5% en la de “fuertemente contaminado” (valores promedio superiores a los 200 mg/L). La mayor cantidad de los sitios con altos valores de DQO considerados como contaminados y fuertemente contaminados se concentraron en las regiones Península de Baja California (69.4%), Aguas del Valle de México (60%) y Lerma-Santiago-Pacífico (52.6%; Mapa 6.2.1.2).

 

 

Mapa 6.2.1.2 Distribución porcentual de sitios de monitoreo en cuerpos de agua superficiales para demanda química de oxígeno (DQO), 2012

 
     
 

El tercer indicador que reporta la Conagua para medir la calidad del agua es la cantidad de sólidos suspendidos totales (SST) que provienen principalmente de las aguas residuales y la erosión del suelo. El incremento en los niveles de SST en los cuerpos de agua provoca su turbidez y reduce la penetración de la luz solar, impidiendo el desarrollo de la vegetación acuática y afectando al resto de su biodiversidad. La evaluación de la calidad del agua en 2012 mostró que de las 3 617 estaciones de monitoreo que registraron SST, el 4.7% se consideraron contaminadas y 1.9% fuertemente contaminadas. Las regiones con mayor porcentaje de sitios de monitoreo con contaminación fueron Pacífico Sur (22.8% de sus sitios) y Frontera Sur (10.3%). Por otro lado, las regiones con el mayor porcentaje de sus sitios de monitoreo en aguas superficiales con excelente calidad fueron Cuencas Centrales del Norte (72.7%) y Península de Yucatán (71.1%; Mapa 6.2.1.3).

 

 

Mapa 6.2.1.3 Distribución porcentual de sitios de monitoreo en cuerpos de agua superficiales para sólidos suspendidos totales (SST), 2012

 
     
 

La calidad del agua marina en las zonas costeras también puede deteriorarse y tener repercusiones importantes en la salud de la población y en la biodiversidad que habita sus ecosistemas. En particular para la salud humana, el baño recreativo en aguas de mar contaminadas produce, como daño más frecuente, enfermedades gastrointestinales, irritación de la piel e infecciones en ojos y oídos. El deterioro de la calidad del agua marina ocurre tanto por el agua contaminada que corre por ríos y arroyos y desemboca en las zonas costeras, como por el vertido directo de las aguas residuales municipales e industriales no tratadas provenientes de las poblaciones establecidas en ellas.

Con el fin de vigilar y mejorar la calidad bacteriológica del agua de mar en los destinos turísticos de playa, en 2003 dio inicio el Programa Integral de Playas Limpias y el Sistema Nacional de Información sobre la Calidad del Agua en Playas Mexicanas, en el que participan las Secretarías de Marina, Medio Ambiente y Recursos Naturales, Salud y Turismo. Este programa realiza los monitoreos de la calidad del agua de mar de acuerdo con los criterios descritos por la Organización Mundial de la Salud para fines recreativos en destinos particulares dentro de los 17 estados costeros del país. Dada la dificultad técnica y económica para determinar todos los parámetros relacionados con el deterioro de la calidad del agua, se utiliza al contenido de enterococos fecales como indicador del grado de contaminación del agua de mar y de los riesgos sanitarios derivados de su uso recreativo1.

En 2014 se evaluó la calidad del agua en 269 playas en 63 destinos turísticos del país. Desde el inicio del programa, la mayoría de los estados han registrado una mejoría en la calidad del agua de sus playas. Mientras que en 2003 el 93.7% de las muestras cumplían con los criterios de calidad del agua, al final del primer semestre de 2014 esta cifra ascendía al 97.8%. En este último año, las entidades que registraron playas con incumplimiento de los criterios de calidad del agua fueron Campeche, Colima y Guerrero (Mapa 6.2.1.4).

 

 

Mapa 6.2.1.4 Calidad bacteriológica del agua marina en playas de los principales destinos turísticos del país, 2014

 
     
 

 

Nota:

1 De acuerdo con el criterio de calificación de la calidad del agua en las playas, las muestras con un contenido superior a 100 enterococos como número más probable en 100 ml (100 NMP/100 ml) denotan sitios que no son recomendables para uso recreativo (DOF, 2006).

 

Referencias

Conagua, Semarnat. Estadísticas del Agua en México. Edición 2013. México. 2014.

DOF. Declaratoria de vigencia de la Norma Mexicana NMX-AA-120-SCFI-2006 que establece los requisitos y especificaciones de sustentabilidad de calidad de playas. Diario Oficial de la Federación. México. 2006 (6 de julio).

Peters, E.; J. Campoy F. y K. Flessa (Eds.). Ciénega de Santa Clara Comprehensive Monitoring Program. Publicación especial del Instituto Nacional de Ecología, México. 2009.

UNDP, UNEP, WB y WRI. World Resources 2000-2001. WRI. 2000.

 

 

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