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4.4 Conservación de la biodiversidad: especies

En México, como en otros países del mundo, se han seguido principalmente dos estrategias para recuperar y proteger a las especies: por un lado, la orientada a la protección de los ecosistemas que las albergan, y por otro, el diseño de programas o proyectos con acciones específicas dirigidas a ciertas especies o a los grupos biológicos que se quiere conservar.

En el primer caso, la creación de áreas naturales protegidas (ANP) ha sido muy útil para procurar la conservación de las poblaciones silvestres de numerosas especies en riesgo (ver más detalles en la sección de Conservación de la biodiversidad: áreas naturales protegidas y humedales Ramsar). En el caso de los esfuerzos de conservación a nivel de especies, se han orientado tanto a conocer el  grado de riesgo en el que se encuentran para su posible inclusión en la NOM-059-SEMARNAT-2010, así como a desarrollar e implementar programas como los Proyectos de Recuperación de Especies Prioritarias (PREP) y el Programa de Conservación de Especies en Riesgo (PROCER).

Derivado de la creación en 1997 del Programa de Conservación de la Vida Silvestre y Diversificación Productiva en el Sector Rural 1997-2000, se establecieron los Proyectos de Recuperación de Especies Prioritarias (PREP), los cuales propusieron una serie de proyectos para un conjunto de plantas y animales que, a juicio de los especialistas, se consideraron como prioritarias para conservar. La inclusión en dicho conjunto buscaba que estas especies pudieran ser útiles para impulsar la continuidad de procesos ecológicos relevantes, para proteger especies en alto riesgo de extinción y hábitats críticos, o bien, la conservación misma de las especies por su importancia económica o cultural más allá de su importancia biológica o ecológica (Conabio et al., 2012). A la fecha se han elaborado y publicado un total de 16 programas (Tabla 4.4.1).

 

 

Tabla 4.4.1 Proyectos de Recuperación de Especies Prioritarias publicados

 
     
 

En 2007 se creó el Programa de Conservación de Especies en Riesgo (PROCER), a cargo de la Semarnat y otras secretarías de estado (como Sedesol y Sagarpa, entre otras), cuyo objetivo principal ha sido lograr la recuperación de ciertas especies. Cada una de las especies del Procer se atiende por medio de los Programas de Acción para la Conservación de Especies (PACE), los cuales contienen las estrategias, actividades y acciones específicas, calendarizadas en el corto, mediano y largo plazos, que se planea ayuden a la conservación, protección y recuperación de las poblaciones de las especies. Actualmente, el Procer cuenta con una lista de 30 especies (Tabla 4.4.2).  Para mayores detalles sobre algunos de los logros de este Programa, ver el Recuadro Conservación de especies prioritarias: los casos de algunas especies reintroducidas en el Informe 2012.

 

Tabla 4.4.2 Especies consideradas para la elaboración de los Programas de Acción para la Conservación de Especies (PACE)

 
     
 

Además de las especies atendidas en los programas anteriores, uno de los grupos biológicos que ha recibido mayor atención para su protección en las últimas décadas es el de las tortugas marinas. Sus poblaciones en todo el mundo han sido afectadas significativamente por las actividades humanas, entre ellas la pesca incidental, los desarrollos turísticos costeros, la contaminación del agua marina, el aprovechamiento ilegal de su carne y el saqueo de sus  huevos  para el consumo humano.

En las playas mexicanas anidan 6 de las 7 especies conocidas de tortugas marinas; todas clasificadas en peligro de extinción según la NOM-059-SEMARNAT-2010. La conservación de estas especies en el país se ha llevado a cabo por más de 40 años a través del Programa Nacional para la Conservación de Tortugas Marinas, actualmente a cargo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), dentro del Procer. Las acciones de protección las realizan los 26 Centros para la Conservación de las Tortugas Marinas (10 playas dentro de ANP clasificadas como Santuarios y 17 con designación Ramsar, que en algunos casos se traslapan, como es el caso de la Playa Tortuguera Tierra Colorada que comparte ambas denominaciones), así como un Centro Mexicano de la Tortuga. En conjunto monitorean más de 500 kilómetros de costa en 13 estados del país.

El principal objetivo de las acciones de protección en los campamentos es la colecta de huevos para protegerlos de la depredación y el saqueo e incubarlos para obtener el mayor número de crías posible y liberarlas a sus poblaciones silvestres. En la Figura 4.4.1 se muestra el total de crías liberadas por año entre 1995 y 2012. En ese periodo, el promedio anual de tortugas liberadas de las seis especies en las playas mexicanas fue de 37.98 millones de crías. Paralelamente a las actividades de los campamentos, en las principales playas de anidación de las tortugas marinas, el Gobierno Federal a través de la Profepa, la Secretaría de Marina (Semar) y la Conanp, llevan a cabo acciones de protección mediante la vigilancia de las playas, esto con el fin de evitar el saqueo de nidos y captura ilegal de ejemplares.

 

 

Figura 4.4.1 Crías liberadas de tortugas marinas, 1995-2012

 
     
 

 

Referencia

Conabio, Conanp, INE, DGVS-SEMARNAT y Profepa.  Propuesta de lista de especies prioritarias para la conservación en México. México. 2012. Disponible en:http://www.biodiversidad.gob.mx/especies/pdf/EspeciesPrioritarias/PropuestaEspPrioritarias_ago2012 _VerAct_Sept2013.pdf

 

 

 

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