Diversidad Genética

La diversidad genética es el resultado de las diferencias que existen entre las distintas versiones (alelos) de las unidades de herencia (genes) de los individuos de una especie. Los genes son segmentos de ácido desoxirribonucleico (ADN) que se encuentran distribuidos en grupos de unidades denominadas cromosomas, cuyo número y forma varía entre especies; es en el ADN donde se encuentra codificada la información a partir de la cual se construyen los seres vivos. Las diferencias heredables constituyen la materia prima sobre la que actúan las fuerzas evolutivas y moldean la variada complejidad de los seres vivos.

Debido a lo anterior, una de las razones más importantes para conservar la diversidad genética es el mantenimiento del potencial evolutivo de las especies pues dicha diversidad representa el reservorio de las posibles respuestas al medio (físico y biológico), posibilitando con ello su adaptación a los cambios del mismo; pero también es importante económicamente dado que es el sustrato biológico sobre el que actúa el proceso de selección que ha venido realizando nuestra especie desde su etapa primitiva de recolector de alimentos. En tal sustrato se encuentra almacenada información genética de interés alimenticio, farmacéutico e incluso industrial, mucha de la cual aún hoy apenas se empieza a vislumbrar. Este proceso de selección, conocido con el nombre de domesticación, mantenido a lo largo de generaciones de la especie de interés, culmina cuando la sobrevivencia de ésta depende por completo de los cuidados del hombre (un buen ejemplo de está situación se tiene en el maíz, pilar de la alimentación y cultura de México).

En el caso de las especies vegetales sometidas al proceso de domesticación, destaca en México la variedad de cultivos de maíz y fríjol criollos que dicho proceso ha provocado, lo cual no habría sido posible sin el sustrato de variabilidad genética que sus respectivas especies silvestres poseen. Cabe señalar que el maíz fue inicialmente domesticado en México, lo cual sugiere que la diversidad preexistente de esta especie en el país es importante. Por otra parte, de las 63 especies de frijoles silvestres del mundo, 52 están presentes en el país y sólo cinco de éstas son cultivadas. Entre una larga lista de plantas cultivadas hoy en todo el mundo originarias de México - Mesoamérica, o que tuvieron su origen biológico en el norte de Sudamérica pero se domesticaron en territorio mexicano, se encuentran el jitomate, las calabazas, los chiles, el algodón, el aguacate, la vainilla, el tabaco, el camote, el cacao, el cacahuate el amaranto y las distintas variedades de chayote. Se ha estimado que hay por lo menos 118 especies de plantas económicamente importantes que han sido total o parcialmente domesticadas.

Debe señalarse, sin embargo, que la variabilidad genética de las especies silvestres es en general poca conocida independientemente del país de que se trate. En México el número de especies estudiadas es muy pequeño (y en ninguna de ellas con una perspectiva nacional sino de casos específicos), sobre todo si se considera la enorme diversidad de especies que alberga el país. Debido a lo anterior, la información de que se dispone con una perspectiva nacional deriva esencialmente de estimaciones de expertos.

Así, por ejemplo, aunque la diversidad genética de la vida silvestre de México es un universo básicamente desconocido, se estima que es muy alta. La diversidad genética de las plantas cultivadas ha sido mejor descrita pero no se cuenta con cifras precisas al respecto (sin embargo, se sospecha que esta diversidad se está perdiendo).

Esta escasez de información, básica para la conservación y aprovechamiento de las especies lo mismo que para el desarrollo de aplicaciones en la agronomía y la biotecnología, sugiere la conveniencia, entre otros aspectos, de mantener las prácticas tradicionales que preservan y utilizan esta diversidad lo mismo que el desarrollo de programas nacionales de colecta científica orientados al fortalecimiento de bancos de germoplasma. Este tipo de acciones al menos posibilitan no dilapidar toda la variabilidad biológica existente cuyo potencial económico e importancia ecológica se desconoce.

 

Fuente: Conabio , La diversidad biológica de México: estudio de país, 1998, México, 1998.
Semarnap/INEGI(1998 , Estadísticas del Medio Ambiente, México,1997, Informe de la Situación General en Materia de Equilibrio y Ecológico Protección al Ambiente, 1995-1996, I NEGI, México, 1998.
Conabio. Capital natural y bienestar social . Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad , México, 2006. [documento electrónico disponible en el portal de Internet: www.conabio.gob.mx ]