Desastres y procesos de deterioro ambiental

El territorio nacional, por su ubicación geográfica, suele verse afectado por la ocurrencia de diversos fenómenos naturales que en ocasiones dan lugar a situaciones de amenaza para la población y el medio ambiente. En las últimas décadas, los fenómenos naturales han dejado en México daños con un costo promedio anual de 100 vidas humanas y cerca de 700 millones de dólares.

REGLAS DE OPERACIÓN VIGENTES DEL FONDEN PUBLICADAS EN DOF 19 DE SEPTIEMBRE DE 2006

1. El Fondo de Desastres Naturales es un instrumento financiero mediante el cual dentro del Sistema Nacional de Protección Civil, a través de estas Reglas y de los procedimientos derivados de las mismas, integra un proceso respetuoso de las competencias, responsabilidades y necesidades de los diversos órdenes de gobierno, que tiene como finalidad, bajo los principios de corresponsabilidad, complementariedad, oportunidad y transparencia, apoyar a las entidades federativas de la República Mexicana, así como a las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, en la atención y recuperación de los efectos que produzca un fenómeno natural, de conformidad con los parámetros y condiciones previstos en las presentes Reglas.

Estas Reglas y las Declaratorias de Desastres Naturales formuladas con motivo de las mismas, son única y exclusivamente para acceder a los recursos del Fondo de Desastres Naturales y atender los demás asuntos que en torno a ellas surjan.

4. Los fenómenos perturbadores por los cuales la SEGOB podrá emitir Declaratoria de Desastre Natural para que, en su caso, sea posible el acceso a los recursos del FONDEN, son los que a continuación se enlistan:

I. Geológicos:

a) sismo; b) erupción volcánica; c) alud; d) maremoto, y e) deslave.

II. Hidrometeorológicos:

a) sequí­a atípica; b) ciclón (en sus diferentes manifestaciones: depresión tropical, tormenta tropical y huracán); c) lluvias extremas; d) nevada y granizada; e) inundaciones atípicas, y f) tornado.

III. Otros: incendio forestal.

Esta realidad requiere ser tomada en cuenta e incluirse en los diagnósticos y estrategias de las políticas de población y medio ambiente, tanto por las consecuencias que eventualmente pueden tener sobre la dinámica demográfica y la distribución territorial de la población, como por la influencia de los propios procesos poblacionales en la determinación del eventual impacto de los desastres ligados a fenómenos naturales.

El tema en cuestión, en sus complejas interrelaciones, apenas empieza a ser considerado de manera sistemática por las políticas de población, protección civil y medio ambiente. Este tipo de análisis es sumamente relevante y resulta imprescindible para apoyar los esfuerzos dirigidos a prevenir los desastres ligados a fenómenos naturales y antrópicos y, en consecuencia, para reforzar estrategias en los distintos órdenes de gobierno que permitan enfrentar estas amenazas de una manera más eficiente, incluida la intensificación de los esfuerzos multisectoriales de planeación regional y de ordenamiento territorial y ecológico. La Semarnat ha decidido elaborar una agenda de riesgos para promover prácticas de prevención en las acciones gubernamentales mediante un análisis sistematizado de los riesgos que amenazan la seguridad nacional. Actualmente, la Dirección General de Ordenamiento Ecológico y Conservación de los Ecosistemas del Instituto Nacional de Ecología realiza trabajos para incorporar factores clave de vulnerabilidad y peligro en los procesos de ordenamiento ecológico.

En el caso de los desastres relacionados con la degradación ambiental se requiere un tratamiento específico, tanto desde el punto de vista conceptual, como de la evaluación del desastre desde la perspectiva de la protección ambiental y el desarrollo sustentable.
La tarea institucional es impostergable en ese sentido, pues la insustentabilidad de los procesos productivos está generando límites de base en muchos de nuestros ecosistemas naturales. Además, los procesos de deterioro han sido tan severos, que ya resultan desastrosos para varios aspectos de la vida humana o amenazan con serlo. En este sentido el Fonden significa el inicio de la construcción de esquemas e instrumentos que permitan al sector público intervenir de manera inmediata cuando ocurren fenómenos naturales que ponen en riesgo la integridad de los recursos naturales.

Las primeras manifestaciones de los procesos de deterioro se dejaron sentir en el ámbito local, después se ampliaron al espacio regional y en la actualidad se extienden por todo el territorio nacional. En estos procesos la temporalidad de sus efectos es un factor clave:

•  Algunos de estos procesos como la deforestación, el deterioro de los suelos, la sobreexplotación de algunas pesquerías, la sequía y la escasez del agua, están manifestando sus efectos desastrosos, en el corto plazo.


•  Otros, como la capacidad limitada de la atmósfera para absorber las emisiones excesivas de carbono (CO 2), la contaminación del agua y los vertidos insustentables de residuos sólidos en ríos y mares, apenas si se muestran en algunas regiones y ciudades del país. Pero sus efectos verdaderos, amenazan con manifestarse intensamente en el mediano y largo plazo.
Las tendencias destructivas para el medio ambiente han cobrado tal velocidad en los últimos años, que no sólo están agotando rápidamente el capital natural del país y acelerando los procesos de contaminación de aire y agua, sino que también están frenando las capacidades productivas y se encuentran estimulando el surgimiento de un conjunto diverso de conflictos sociales.
Muestra de lo anterior, es que prácticamente todas las transgresiones a los límites de sustentabilidad del medio ambiente y de los ecosistemas naturales del país –pesca y pastoreo excesivos, agotamiento de mantos acuíferos, deforestación, erosión del suelo etc.- se hacen acompañar de calamidades y desastres de tipo socio-ambientales, que se traducen en pérdidas de la producción, particularmente alimentos, puestos de trabajo, caídas en los ingresos de la población y de las exportaciones, aumentos en el número de epidemias, enfermedades y daños a la salud de la población, así como en incremento de las migraciones masivas del campo a la ciudad y de los niveles de marginación y pobreza.


Por eso, no debe sorprender que los efectos negativos de la insustentabilidad de los procesos productivos y la magnitud y frecuencia de las calamidades y desastres ambientales, demanden la integración de visiones y enfoques para el diseño de las políticas públicas relacionadas con la presencia de los desastres naturales. Tampoco el hecho de que la eficiencia de las medidas de atención a desastres dependa, cada vez más, del cómo la acción pública articula sus acciones de prevención y mitigación con las dimensiones y escalas de los riesgos ambientales.

 

Fuente: Elaborado por Semarnat con base en: Semarnat . Programas, Fondo de Desastres Naturales. Sitio Internet. http://www.semarnat.gob.mx/queessemarnat/programas/Pages/fondodedesatresnaturales.aspx . Septiembre  2007. Semarnat, Programa Nacional de Medio Ambiente y Recursos Naturales 2001-2006 , Semarnat, México, 2001. Conapo, La Situación Demográfica de México , Conapo, México, 2000. Cenapred / Segob / Sistema Nacional de Protección Civil, Diagnóstico de Peligros e Identificación de Riesgos de Desastres en México, Atlas Nacional de Riesgos de la República Mexicana , México 2001.