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En 1999 se emitieron 40.5 millones de toneladas de contaminantes atmosféricos (58% por fuentes naturales y 42% por fuentes antropogénicas).

 

 

 

 

 

Las fuentes antropogénicas emitieron en mayor proporción CO (44%), SOx (17%) y COV (15%).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las cuatro entidades federativas que reportaron las mayores emisiones de contaminantes atmosféricos en 1999 fueron: México, Veracruz, Distrito Federal y Jalisco.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En 1999, cada habitante del país emitió en promedio alrededor de 170 kilogramos de contaminantes atmosféricos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la ZMVM, en el periodo 1994-2004 el CO fue el contaminante que más se emitió (50% del total) no obstante, sus volúmenes de emisión han disminuido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el año 2004 en la ZMVM, el transporte emitió el mayor volumen de contaminantes atmosféricos (75%).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Actualmente se cuenta con registros de contaminantes atmosféricos en 53 zonas metropolitanas y poblaciones del país.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los dos principales contaminantes en el país son el O3 y las PM10, ya que todas las ciudades para las que existe información rebasaron al menos una vez al año las concentraciones máximas permitidas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las concentraciones y el número de días en que se exceden las normas de CO, SO2 y NO2  han disminuido significativamente en la mayoría de las ciudades monitoreadas.

 

 

  CAPÍTULO 5. ATMÓSFERA
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La industrialización ha tenido impactos positivos en la sociedad al brindarle medios para que las personas disfruten una vida más cómoda. Sin embargo, también ha tenido efectos negativos al provocar la degradación ambiental, principalmente debido a la generación de contaminantes y su manejo y disposición inadecuados (WRI, 1998; PNUMA, 2003). Los residuos de las diferentes actividades humanas se han descargado al ambiente con la idea de que los ecosistemas tendrían la capacidad de absorberlos o “limpiarlos”, sin que generaran problemas posteriores. El resultado es que hoy en día las huellas de la actividad humana son evidentes en prácticamente cualquier lugar, por más alejado que se encuentre; ejemplo de ello son los problemas atmosféricos que se presentan a lo largo del planeta. Los más importantes, por sus efectos sobre la salud de la población y los ecosistemas naturales, son la disminución de la calidad del aire, el fenómeno de cambio climático global y la reducción del espesor de la capa de ozono estratosférico (WRI, 1998; UNEP, 1999; PNUMA, 2003).

La contaminación atmosférica tiene efectos a nivel local, regional y global. México enfrenta desde hace tiempo problemas de calidad del aire en sus principales zonas metropolitanas, destacando el Valle de México como el caso más conocido y documentado. La calidad del aire es una preocupación permanente, ya que los signos más notorios de su deterioro, como la menor visibilidad y el incremento en las molestias y enfermedades asociadas a la contaminación, son ya cotidianos en las principales ciudades del país.

Además de los efectos locales asociados a la mala calidad del aire en la salud de las personas o en el estado de sus pertenencias (como el deterioro de los monumentos arquitectónicos), también se presentan efectos a nivel regional, como la afectación de los bosques y ecosistemas acuáticos debido a la lluvia ácida (como ocurrió en el norte de Europa y está sucediendo actualmente en China) o, incluso, a nivel mundial, como el cambio climático y la reducción del espesor de la capa de ozono estratosférico, cuyos efectos más evidentes se manifiestan en Antártica y otras regiones del planeta (PNUMA, 2002).

Ante este escenario, resulta fundamental contar con información confiable y actual de los temas más relevantes relacionados con la atmósfera. En particular es importante contar con un diagnóstico de la situación de la calidad del aire en México (en las principales ciudades y zonas urbanas del país), el cambio climático global y la reducción del espesor de la capa de ozono. En este contexto, el presente capítulo incluye información sobre el inventario de emisiones de contaminantes a la atmósfera, la normatividad vigente relacionada con los principales contaminantes y una descripción de la calidad del aire en las ciudades y zonas urbanas más importantes del país en los últimos años. Además, se añade información reciente del problema del cambio climático global y la disminución del espesor de la capa de ozono estratosférico, considerando tanto las acciones que ha tomado México al respecto, como las posibles consecuencias en el territorio nacional.

 

CALIDAD DEL AIRE

Una adecuada gestión de la calidad del aire requiere información tanto de los principales generadores de contaminantes como de la situación de la calidad del aire, para que sirva como base de programas tendientes a mejorar su calidad. Dicha información proviene principalmente de los inventarios y de las redes de monitoreo.

 

Inventarios de emisiones

La calidad del aire en una zona determinada, además de ser afectada por elementos climáticos y geográficos, está relacionada directamente con el volumen y características de los contaminantes emitidos local y regionalmente a la atmósfera. Por ello, un componente indispensable para el diseño y la aplicación de cualquier programa para controlar el problema de la contaminación del aire es la información sobre las principales fuentes de contaminantes atmosféricos y los volúmenes emitidos.

Los antecedentes de los inventarios de emisiones en México se remontan al año 1988, cuando se implementó el Sistema Nacional del Inventario de Emisiones de Fuentes Fijas, así como el estudio encaminado a cuantificar las emisiones en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).

En 1995 inició un programa para incrementar la capacidad de México en la elaboración de inventarios de emisiones, el cual se amplió en 2001 orientándose a la elaboración del Inventario Nacional de Emisiones de México (INEM). El desarrollo del INEM constó de tres fases: I) planeación, II) desarrollo del inventario para seis estados del norte e III) inventario de los estados restantes. Los resultados de la segunda fase fueron publicados en 2005 con los datos del Inventario de Emisiones de los Estados de la Frontera Norte de México de 1999, que incluyó información sobre las emisiones en Baja California, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas (Semarnat, 2005; Semarnat, INE, 2005). Finalmente, en el año 2006 se publicó el INEM, que incluye información del año 1999, desagregada por fuente de emisión de contaminantes y para todos los estados y municipios del país (Semarnat, INE, 2006b).

Aunque este capítulo se enfocará con mayor detalle a los resultados del INEM, existen inventarios locales previos que comenzaron a desarrollarse en los años noventa y que aportan valiosa información sobre algunas zonas metropolitanas y ciudades del país (ver Recuadro Inventarios locales de emisiones).

De acuerdo con el inventario nacional (INEM), en 1999 se emitieron 40.5 millones de toneladas de contaminantes, de los cuales, 58% fueron emitidos por fuentes naturales –es decir, el suelo, la vegetación y la actividad volcánica- y 42% por fuentes antropogénicas. La vegetación generó emisiones de compuestos orgánicos volátiles, los suelos de óxidos de nitrógeno y la actividad volcánica emitio bióxido de azufre y partículas. Aunque las emisiones de fuentes naturales fueron de mayor magnitud que las antropogénicas, estas últimas tienen gran importancia porque se generan en, o cerca de ciudades o poblados, por lo que se incrementa el número de personas expuestas a los efectos nocivos de los contaminantes.

En el INEM se señala que es posible que las emisiones de fuentes naturales estén sobreestimadas, debido a que la información con la que se calcularon las emisiones de la vegetación y los suelos –como son los datos de uso de suelo, cobertura de vegetación y temperatura- posee cierto grado de incertidumbre. En el caso de las emisiones provenientes de los volcanes, los métodos para su estimación, así como la variabilidad de las emisiones generan un amplio margen de error (Semarnat-INE, 2006b).

Considerando tan sólo las fuentes antropogénicas, los contaminantes emitidos en mayor proporción fueron el monóxido de carbono (CO; 7.5 millones de toneladas; 44% del total), óxidos de azufre (SOx; 2.9 millones de toneladas; 17%) y los compuestos orgánicos volátiles (COV; 2.6 millones de toneladas; 15%; Figura 5.1). La mayor parte de las emisiones fueron generadas por los vehículos automotores (33.7% del total), otros usos de combustibles1 (17.3%) y por las plantas de generación de electricidad (12%; Figura 5.2; IB 1.1-2).

 

 

 

Los vehículos automotores emitieron principalmente CO (62% del total emitido por todas las fuentes), óxidos de nitrógeno (NOX; 31%) y COV (22%; Figura 5.3; IB 1.1-2). Las plantas de generación de electricidad emitieron la mayor parte de los SOx que se producen a nivel nacional por fuentes antropogénicas (56%), así como una cantidad importante de NOX (18%). La categoría de otros usos de combustibles contribuyó con grandes cantidades de partículas menores a 2.5 micrómetros (PM2.5; 38%), partículas menores a 10 micrómetros (PM10; 29%), CO2 (27%) y COV (16%).En lo que se refiere al amoniaco (NH3 ), fueron las actividades ganaderas, la aplicación de fertilizantes y la generación doméstica, las responsables de casi la totalidad (99%) de sus emisiones.

 

 

Por entidad federativa, la generación de contaminantes (Figura 5.4) fue mayor en el estado de México, Veracruz y Jalisco, así como el Distrito Federal (cuyas emisiones fueron originadas principalmente por el transporte y en el caso de Veracruz y Jalisco por transporte, combustión doméstica de leña y generación de electricidad). Cada una de estas entidades federativas generó entre 6.4 y 9.4% de las emisiones antropogénicas totales nacionales. En contraste, Baja California Sur, Quintana Roo, Nayarit, Tlaxcala y Aguascalientes emitieron cada una menos de 1% del total nacional.

 

 

Cuando se analiza la emisión de contaminantes per cápita por municipio y delegación política, se obtiene que en 93% de ellos se generaron de 0.004 a 0.3 toneladas2. Los tres municipios que reportaron una mayor emisión per cápita fueron: Nava (Coahuila), Pitiquito (Sonora) y La Unión de Isidoro Montes de Oca (Guerrero), con 11.9, 8.9 y 8.2 toneladas per cápita, respectivamente (Mapa 5.1). El resto de los municipios reporta emisiones per cápita menores a 5 toneladas. Si se considera el total de contaminantes generados en el año 1999 y la población total se obtiene que cada habitante emitió en promedio alrededor de 0.17 toneladas.

 

 

Si se examina la información de emisiones por municipio y contaminante, se observa que alrededor de 95% de los municipios del país emitieron entre 0.6 y 2000 toneladas de NOX, acumulando poco más de 429 mil toneladas que representan 30% del total nacional emitido de ese contaminante (Mapa 5.2). Si a estos municipios se suman los que emitieron hasta 15 mil toneladas se alcanza 68.7% del total nacional. Destaca el caso del municipio de Nava en Coahuila que emitió alrededor de 7% nacional de NOX, proveniente casi en su totalidad de las fuentes fijas3, principalmente de las plantas de generación de electricidad.

 

 

En lo que se refiere a la emisión nacional de SOx, 38% se concentró en cinco municipios: Tula de Allende (Hidalgo), Tuxpan (Veracruz), Manzanillo (Colima), La Unión de Isidoro Montes de Oca (Guerrero) y Nava (Coahuila). En todos ellos, la mayor parte de las emisiones fueron generadas por las fuentes fijas, en particular por las plantas de generación de electricidad y por refinerías de petróleo (Mapa 5.3). La mayoría de los municipios en el país (95%) emitió entre 0.1 y mil toneladas de SOx, que representan apenas 3.4% del total.

 

 

Por otro lado, los COV se generaron en cantidades que van de las cuatro a las mil toneladas en 83% de los municipios (Mapa 5.4). Los cuatro municipios y delegaciones que emitieron más COV fueron: Guadalajara (Jalisco), Juárez (Chihuahua), Tijuana (Baja California) y Ecatepec de Morelos (México), así como la delegación Iztapalapa del Distrito Federal. Estos municipios y la delegación política generaron poco más de 222 mil toneladas de COV (equivalentes a 8.6% del total emitido), provenientes principalmente de las fuentes de área4 y los vehículos automotores.

 

 

El CO fue generado en mayor cantidad en municipios pertenecientes a las grandes ciudades donde el número de vehículos es elevado. Los municipios que más CO emitieron fueron: Guadalajara (Jalisco), Ecatepec de Morelos (México), Monterrey (Nuevo León) y Zapopan (Jalisco), así como la delegación de Iztapalapa (Distrito Federal; Mapa 5.5).

 

 

En lo que se refiere a las PM10, casi el total de los municipios del país (98.6%) emitieron entre una y tres mil toneladas, acumulando 71% de la emisión total de este contaminante (Mapa 5.6). Esto también se observa en el caso de la generación de PM2.5, donde la mayor parte de los municipios (96%) emitieron de una a mil toneladas generando entre todos ellos 56% del total emitido (Mapa 5.7). Ambos tipos de partículas fueron generados principalmente por las fuentes fijas y de área presentes en los municipios.

 

 

 

En lo que se refiere al amoniaco (NH3), producido principalmente por las actividades ganaderas, 97% de los municipios produjeron entre 0.1 y 3 mil toneladas, acumulando un total de 962 mil 386 toneladas (que equivalen a 73.7% del total de NH3 emitido; Mapa 5.8).

 

 

Emisiones en la Zona Metropolitana del Valle de México

En la ZMVM se han estimado las emisiones de contaminantes, en intervalos de dos años, para el periodo 1994-2004, lo que permite hacer una descripción de los cambios en las emisiones en este periodo. Los resultados que se enfatizan en esta sección son los obtenidos en 2004, mientras que los cambios ocurridos toman como referencia el año 1994. La información para hacer este análisis fue la publicada en el inventario de emisiones de la ZMVM 2004, la cual incluye el recálculo de todos los años anteriores usando la misma metodología.

Considerando el total de contaminantes emitidos entre 1994 y 2004, hubo una reducción importante entre 1994 y 1998, con cambios menos evidentes desde entonces (Figura 5.5). El CO ha sido consistentemente el contaminante que más se ha emitido, con valores superiores a 50% del total de las emisiones. No obstante, este gas es el que ha mostrado la disminución más drástica en su volumen de emisión, al pasar de 3.8 millones de toneladas en 1994 a 1.8 millones de toneladas en 2004, lo que sugiere que se trata del contaminante que marca la tendencia de las emisiones totales.

 

 

En lo que se refiere a las fuentes que generan los contaminantes, en 2004 las móviles generaron el mayor porcentaje (75%) (Figura 5.6). De las emisiones de ese año, producidas por dicha fuente, el CO representó la mayor proporción (83%). Las altas emisiones asociadas a las fuentes móviles pueden deberse a diversos factores, tales como el aumento del número de vehículos en circulación, la cantidad de combustible que consumen y la baja proporción de vehículos con tecnologías de control incorporadas (por ejemplo, en el año 2004, 26% de los vehículos a gasolina no contaban aún con sistemas de control de emisiones).

 

 

A las fuentes móviles le siguen en importancia las fuentes de área, que emitieron 18.4% del total de los contaminantes. Las fuentes puntuales y la vegetación y el suelo contribuyeron con 6.1% de las emisiones.

El inventario de emisiones en la ZMVM también incluye los volúmenes de gases de efecto invernadero generados por los sectores transporte, industrial, residencial y comercial/institucional, estimados con la metodología propuesta por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Además, el inventario considera el CO2 generado por la degradación de los residuos sólidos urbanos en rellenos sanitarios. De acuerdo con este inventario, las emisiones totales de CO2 en 2004 para la ZMVM ascendieron a 35.8 millones de toneladas, 98% (35.2 millones de toneladas) generadas por la quema de combustibles fósiles por los cuatro sectores considerados y alrededor de 2% (600 mil toneladas) por la degradación de residuos sólidos urbanos en los rellenos sanitarios.

De acuerdo con este inventario, el transporte es el mayor emisor de CO2 (57% del total), principalmente por el consumo de gasolina; el sector industrial representa 30% de las emisiones, destacando por la combustión de gas natural (26%) y los sectores residencial y comercial/institucional emiten el restante 13% (Figura 5.7; GDF, 2006b).

 

 

Además, se emitieron a la atmósfera 235 mil 65 toneladas de metano (CH4); cabe señalar que este volumen se encuentra considerado dentro de las emisiones antes mencionadas de compuestos orgánicos totales (COT). Alrededor del 95% (223 mil 346 toneladas) del metano se generó en los rellenos sanitarios de la ZMVM.

 

Normatividad y monitoreo de la calidad del aire

Los contaminantes atmosféricos tienen efectos negativos sobre la salud de la población, entre ellos las enfermedades respiratorias y los problemas cardiovasculares. Por esta razón, en nuestro país se monitorea la concentración atmosférica de los principales contaminantes: SO2, CO, bióxido de nitrógeno (NO2), ozono (O3), PM10, PM2.5, partículas suspendidas totales (PST) y plomo (Pb). Para cada uno se cuenta con un estándar o norma de calidad del aire que establece las concentraciones máximas que no deben sobrepasarse en un periodo definido, con la finalidad de garantizar la protección adecuada de la salud de la población, inclusive la de los grupos más susceptibles (Cuadro D3_R_AIRE01_03).

Las normas vigentes de calidad del aire fueron publicadas por la Secretaría de Salud en el Diario Oficial de la Federación en diciembre de 1994; en octubre de 2002 se publicó la modificación a la norma referente a ozono (DOF, 2002) y en septiembre de 2005 la modificación a la norma de partículas, en la que se incluyen por primera vez las PM2.5 (DOF, 2005). Por otro lado, la Semarnat tiene la facultad de expedir las normas oficiales mexicanas que señalan los procedimientos para la medición y calibración del equipo destinado a determinar las concentraciones de los contaminantes, los niveles máximos permisibles de emisión a la atmósfera y las especificaciones de los combustibles que se utilizan (Cuadro D3_R_AIRE01_03).

Los límites que establecen las normas deben estar basados en estudios epidemiológicos, toxicológicos y de exposición que identifiquen los niveles del contaminante capaces de causar un efecto negativo en la salud con un cierto margen de seguridad. Sin embargo, en nuestro país, debido principalmente a la falta de recursos para realizar los estudios mencionados, así como a la gravedad del problema a principios de los años noventa, las normas de calidad del aire mexicanas tuvieron como base la revisión de normas establecidas por la Organización Mundial de la Salud y por la Agencia Ambiental de los Estados Unidos y no estudios particulares sobre la población de México.

Para conocer la concentración de contaminantes, se han establecido estaciones y redes de monitoreo atmosférico. Actualmente se cuenta con registros de contaminantes atmosféricos en 53 zonas metropolitanas y poblaciones (Mapa 5.9; Cuadro D3_AIRE01_02; IB 1.1-8; IC 7). En todas ellas los contaminantes se miden aplicando procedimientos estandarizados a nivel internacional. La red más completa y antigua se localiza en la ZMVM, que cuenta con 36 estaciones de monitoreo automático (EMA) y 13 estaciones de monitoreo manuales, que registran, entre otras variables, las concentraciones de O3, CO, SO2, NO2, PM10 y PST, considerados como contaminantes criterio y de los cuales se tiene más información acerca de sus efectos sobre la salud. Debido a que la concentración de plomo en la ZMVM ha disminuido significativamente y se considera que está bajo control, no se incluye en este reporte.

 

 

Otras ciudades que cuentan con redes de monitoreo importantes y con registros relativamente antiguos (mediados de los noventa) son las zonas metropolitanas de Guadalajara, Monterrey, Toluca y ciudades fronterizas como Tijuana, Mexicali y Ciudad Juárez. Algunas ciudades se concentran en evaluar alguno o varios contaminantes de importancia local, como es el caso de la mayoría de las ubicadas en Hidalgo, Ciudad Obregón y Naco en Sonora, que se enfocan en la medición de partículas, mientras que en Matamoros se registran SO2 y PM10, sólo por citar algunos ejemplos. La lista completa de las estaciones de monitoreo y los contaminantes registrados se pueden consultar en el Cuadro D3_AIRE01_02.

Con el fin de hacer más comprensible el nivel de contaminación del aire, en México se ha usado un índice conocido como Imeca (Índice Metropolitano de la Calidad del Aire), que consiste en una transformación de las concentraciones del contaminante a un número adimensional. En la escala utilizada por el Imeca, los valores están determinados en múltiplos de 50 Imeca (Cuadro D3_R_AIRE01_04).

La difusión del Imeca se inició en 1986 a través de diversos medios y actualmente se difunde por la radio, la prensa, la televisión y la Internet. Sin embargo, al no existir un documento oficial que definiera el significado y utilidad del Imeca, así como los lineamientos para su generación, uso y difusión, se generó una falta de homologación de sus procedimientos entre los distintos generadores. Esto llevó a que en el Distrito Federal se elaborara la norma ambiental NADF-009-AIRE-2006 (GDF, 2006a), que establece los lineamientos que debe cumplir el Imeca. Dicha norma tiene aplicación en el Distrito Federal y se extiende a los municipios conurbados del Estado de México que comprenden la ZMVM. En este sentido, el Imeca tiene como objetivo informar a la población de manera clara, oportuna y continua, sobre los niveles de contaminación atmosférica, los probables daños a la salud y las medidas de protección que puede tomar. Con esta nueva reglamentación la difusión del Imeca se realiza por medio de colores y calificativos sobre la calidad del aire de acuerdo con el grado de riesgo que represente para la salud humana (Tabla 5.1). El Imeca representa una herramienta muy valiosa para la evaluación inmediata durante la ocurrencia de episodios de contaminación del aire y facilita la comunicación de los mismos a la población. Sin embargo, para analizar el comportamiento histórico de la calidad del aire o el cumplimiento de las normas de calidad del aire en una región determinada, es más recomendable utilizar indicadores que se generen a partir de las bases de datos validadas por las redes de monitoreo atmosférico y con la aplicación de los mismos criterios durante el procesamiento de la información (INE, 2007).

 

 

Con base en los valores del Imeca, las autoridades pueden declarar una contingencia ambiental, que se refiere a una situación eventual y transitoria, en la que la concentración de contaminantes en la atmósfera alcanza niveles dañinos a la salud de la población en general. Algunas de las ciudades y zonas industriales que cuentan con programas de contingencias ambientales por contaminación atmosférica son el Valle de México, Guadalajara, Monterrey y Salamanca. En la ZMVM la última vez que se declaró una contingencia ambiental por ozono fue en el año 2002 y por PM10 en 2005.

En el Valle de México, algunas de las medidas que se aplican durante una contingencia son la suspensión de: actividades deportivas, cívicas y de recreo al aire libre, quemas a cielo abierto, actividades de bacheo y pintado, restricción a la circulación vehicular adicional al programa Hoy No Circula y restricción a la actividad industrial, entre otras.

 

Calidad del aire en las ciudades del país

Existen diversas formas de abordar el análisis de la calidad del aire. Este capítulo se enfoca en las principales ciudades del país que cuentan con información confiable que permite un análisis adecuado, para ello se utilizó el número de días al año en los que se excede el valor de la norma asociada a cada contaminante. Dicha información se acompaña de las tendencias de los promedios anuales de las concentraciones de PM10, SO2, O3, NO2 y CO5. Los días en que se excede el valor de la norma reflejan la magnitud del problema, ya que muestran la frecuencia con la que se rebasa el umbral definido para proteger la salud; además, junto con las tendencias de los promedios anuales de las concentraciones, permiten tener una visión de la dinámica temporal de la calidad del aire y son un medio para evaluar la efectividad de las medidas que se toman para controlar el problema.

Si se examina la frecuencia con la que se exceden los límites establecidos en las normas, es evidente que los dos contaminantes más importantes en el país son el O3 (Figura 5.8; IB 1.1-7) y las PM10 (Figura 5.9; IB 1.1-5), ya que todas las ciudades rebasaron al menos una vez al año las concentraciones máximas permitidas. El O3 es el principal problema en la ZMVM, ya que el número de días que se rebasa la norma horaria (0.11 ppm) aún es elevado (222 días en 2007, que representan 61% del año), aunque es considerablemente más bajo hoy día si se compara con los registros de finales de los noventas, cuando se mantuvieron alrededor de 86%. La ZMG disminuyó la frecuencia con la que excede la norma de O3 de 169 días en 1997 a 87 días en 2007. Las demás ciudades mantuvieron valores inferiores a 41 días en el año 2007. Las ZMVM y ZMG muestran una tendencia muy clara de reducción de los promedios anuales de las concentraciones diarias de O3, aunque la ZMG volvió a mostrar un incremento a partir del año 2004. En el resto de las ciudades las concentraciones se mantienen relativamente constantes con pequeñas variaciones (Figura 5.8; IB 1.1-7).

 

 

En el caso de las PM10, la ZMVM ha dejado de ser la zona que excede con más frecuencia el límite establecido en la norma diaria (120 µg/m³, 24 horas), ya que redujo su ocurrencia de 206 días (56%) en 1997 a sólo 17 días (5%) en 2007. En contraste, en el año 2005, la ZMVT rebasó la norma correspondiente 173 días (47%), mostrando una tendencia creciente en el número de días en los que se excede el valor de la norma (Figura 5.9; IB 1.1-5). En el caso de la ZMG, su tendencia es a la baja, registrándose 17 días por arriba de la norma en 2007. Los promedios anuales de las concentraciones diarias también disminuyeron: a partir de 1999 la ZMVM reporta concentraciones menores que las detectadas en la ZMM e incluso en varios años que las de ZMVT y Mexicali. Se observa un incremento en la ZMVT y ZMM, en contraste con la disminución registrada en la ZMG a partir de 1999. Por otro lado, Puebla registra valores por debajo de las cifras reportadas en las ciudades arriba mencionadas (Figura 5.9; IB 1.1-5).

 

  

La contaminación por CO no es actualmente un problema, a pesar de los valores tan altos de emisión (véase el Recuadro Inventarios locales de emisiones), ya que en 2007 ninguna ciudad reportó días fuera de la norma (Figura 5.10; IB 1.1-3). Los promedios anuales de las concentraciones diarias de este contaminante han disminuido en los últimos años en la mayoría de las ciudades que cuentan con información.

 

 

El SO2 también parece estar controlado en casi todas las ciudades en las que se mide, ya que de 2003 a la fecha ninguna ciudad registró días por arriba del valor de la norma, con excepción de ZMM y Salamanca, que en el año 2005 reportaron 1 y 29 días respectivamente (Figura 5.11; IB 1.1-6). En todas las ciudades se observan concentraciones  diarias relativamente bajas; sólo Salamanca reporta niveles altos.

 

 

El problema de la contaminación por NO2 ha disminuido de manera importante, en 2007 sólo la ZMG reportó exceder la norma 23 días (Figura 5.12; IB 1.1-4. De la misma manera, la concentración de NO2 muestra una tendencia a la baja desde finales de los años noventa en la ZMVM y ZMG; mientras que el resto de las ciudades mantienen relativamente constantes sus niveles, aunque siempre por debajo del Valle de México y Guadalajara.

 

 

Si bien hoy en día existen estaciones de monitoreo de los principales contaminantes en otras ciudades, no son suficientes para contar con una cobertura nacional y en algunos casos la información aún no tiene las características necesarias para hacer un análisis confiable.

En el caso del monitoreo de la lluvia ácida, aún no se cuenta con información a nivel nacional para evaluar la situación, sin embargo en la ZMVM ya existe una red de monitoreo que cuenta con datos históricos (ver Recuadro Lluvia ácida: causas y consecuencias).

El análisis de las tendencias de los principales contaminantes, sugiere que en general la calidad del aire en las principales ciudades del país ha mejorado. A pesar de que en la ZMVM la calidad del aire aún es deficiente, en particular debido a los niveles que alcanza el O3, es importante resaltar el hecho de que se presenta una tendencia a la baja en la concentración de los contaminantes y el número de días en los que se exceden las normas. Sin duda, la eliminación del plomo de la gasolina, la reducción del contenido de azufre, tanto de la gasolina como del diesel, la introducción al mercado de gasolina oxigenada y reformulada, el establecimiento de límites de emisión más estrictos para los vehículos nuevos, así como la adopción de tecnologías vehiculares cada vez más eficientes, han contribuido de manera significativa a que el plomo ya no sea un problema de contaminación en el aire y que los niveles de SO2, CO y NO2 raramente sobrepasen los valores de las normas.

Como respuesta al problema de la contaminación del aire, el gobierno federal -en coordinación con autoridades estatales y municipales y con la participación del sector académico- a establecido programas para mejorar la calidad del aire conocidos como Proaires. Estos programas representan uno de los principales instrumentos desarrollados para revertir las tendencias de deterioro. Además, incorporan una visión de mediano y largo plazos y proponen acciones concretas para la reducción y control de las emisiones (Semarnap-INE, 2000; Semarnat, 2003). Los Proaires se han aplicado en zonas metropolitanas que por sus características, como número de habitantes, actividades industriales, parque vehicular y condiciones climáticas y geográficas, entre otras, presentan los mayores problemas de contaminación atmosférica. Las zonas metropolitanas para las que se ha desarrollado por lo menos un Proaire son el Valle de México, Monterrey, Guadalajara, Toluca, Ciudad Juárez, Mexicali, Tijuana-Rosarito, Salamanca, Michoacán, Puebla y León. En todos los casos, su elaboración tuvo como base la información de la calidad del aire y de las fuentes de emisiones. Las acciones contenidas en los Proaires están orientadas a las fuentes con mayor aporte de contaminantes e incluyen medidas de reducción factibles en su costo y con un beneficio significativo en la calidad del aire.

Como parte de las medidas para controlar el problema de la contaminación del aire, en enero de 2006 se publicó la norma NOM-086-SEMARNAT-SENER-SCFI-2005, que establece nuevas especificaciones para los combustibles que se venden en México, principalmente lo relacionado con el contenido de azufre, olefinas y benceno. En enero de 2005 se introdujo al mercado la gasolina Magna de 300 partes por millón (ppm) promedio de azufre y 500 ppm máximo; en octubre de 2006 se incorporó al mercado gasolina Premium UBA (ultra bajo azufre) de 30 ppm promedio de azufre y 80 ppm máximo para su consumo en todo el país. Además, a principios de 2007 se introdujo, en la zona fronteriza norte, el diesel UBA de 15 ppm máximo y se planea que en 2009 se distribuya en las zonas metropolitanas del Valle de México, Guadalajara y Monterrey, y posteriormente en todo el territorio nacional.

Otras acciones emprendidas a nivel local, como la reforestación y pavimentación, los apoyos para la renovación del parque vehicular y el mayor control sobre la emisión de fuentes fijas también han sido importantes. No obstante, se requiere una mayor inversión para controlar y abatir la contaminación del aire. El gasto del sector público destinado en 2004 a prevenir y controlar la contaminación atmosférica, reportado por el INEGI, ascendió a 198 mil 910 millones de pesos, que representaron apenas 0.5% del gasto ambiental total, el cual incluye también actividades en materia de aguas residuales, residuos, suelos y agua subterránea, biodiversidad y paisaje, programas ecológicos de regulación y preservación, infraestructura ecológica, regulación humana de los establecimientos y educación ambiental, entre otras actividades (INEGI, 2007).

 

Notas

1Otros usos de combustibles: incluye la combustión doméstica, agrícola y para el transporte de gas LP; combustión doméstica de gas natural y diáfano; combustión agrícola de diáfano y combustión de leña.

2La emisión per cápita se calculó con base en los datos del INEM que corresponden a 1999 y la población por municipio del año 2000.

3Fuentes fijas: minería, plantas de generación de electricidad, refinación de petróleo y otros combustibles fósiles, manufactura y otros procesos industriales, comercialización al mayoreo de bienes perecederos y otros servicios (servicios educativos, hospitales, servicios de tintorería y lavandería, entre otros).

4Fuentes de área: combustión industrial de combustibles, otros usos de combustibles, distribución de combustible, uso de solventes, incendios y quemas, polvo fugitivo, fuentes de amoniaco y otras fuentes de área (locomotoras, aeronaves, panaderías y tratamiento de aguas residuales, entre otros).

5Promedios de 24 horas para PM10 y SO2; concentraciones máximas diarias para O3 y NO2 y concentraciones máximas diarias de los promedios móviles de 8 horas para CO.