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    Recuadro     Crisis global de los anfibios
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Los anfibios, que incluyen a ranas, sapos, salamandras y cecilias, son un grupo de organismos que tiene un papel ecológico esencial en los ecosistemas del mundo (Pounds et al., 2006). Constituyen parte importante de las redes tróficas, son presas y depredadores al mismo tiempo y regulan las poblaciones de insectos que, en algunos casos, pueden ser plagas de cultivos o transmisores de enfermedades a los seres humanos, como la malaria o el dengue, además de su importancia en los ecosistemas por su biomasa. En los últimos años se han publicado numerosos estudios científicos que documentan la extinción y la rápida reducción de las poblaciones de muchas especies de anfibios a nivel global (Blaustein y Brancroft, 2007; Picco y Collings, 2007; Pounds et al., 2008; Wake y Vredenburg, 2008; IUCN, 2008). Entre los casos más famosos están el de la rana de patas amarillas (Rana sierrae) que se encontraba ampliamente distribuida en las zonas altas de la Sierra Nevada de California, en los Estados Unidos y el de la rana dorada (Incilius periglenes) de los bosques tropicales de Costa Rica, cuyo último avistamiento se registró en 1989.

Los datos sobre la crisis que viven los anfibios son contundentes. El número de especies descritas en el mundo para el grupo asciende a 6 mil 347 (Frost, 2008), de las cuales la IUCN incluyó a 30% de ellas (es decir, mil 905) en alguna de las tres categorías de riesgo que emplea la organización: 475 en peligro crítico, 755 en peligro y 675 como vulnerables. De las especies de anfibios en riesgo, 85.4% pertenecen al orden Anura (es decir, al de las ranas y sapos), 14.3% al orden Caudata (salamandras) y 0.3% al orden Gymnophiona (cecilias; IUCN, 2008).

La velocidad a la cual se reducen y desaparecen las poblaciones y especies de muchos anfibios en todo el mundo es muy acelerada. Se calcula que su tasa actual de extinción es 211 veces mayor a la estimada a partir del registro fósil, y se puede incrementar desde 25 mil hasta 45 mil veces si en los cálculos se incluyen a las especies que se encuentran en inminente peligro de extinción (McCallum, 2007). Si se analiza la geografía del riesgo de las especies de anfibios a nivel global, los países con mayor número de especies en alguna de las categorías de riesgo son Colombia, Ecuador y México, seguidos por China, Estados Unidos, India y Madagascar (Mapa a).

 

 

El caso de los anfibios mexicanos

Para nuestro país se tienen registradas 361 especies de anfibios, de las cuales 174 (es decir, 48.2%) son endémicas (Conabio, 2008). Los ecosistemas que habitan son diversos, y van desde ríos, lagos y lagunas, bosques húmedos y semihúmedos, hasta chaparrales y matorrales xerófilos (Lips et al., 2004). De acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2001, 106 especies de ranas y sapos, 89 de salamandras y dos de cecilias están en alguna categoría de riesgo; según su grado de riesgo, de las 197 especies, 149 están sujetas a protección especial, 42 están en la categoría de amenazadas y seis en peligro de extinción (Figura a). Cabe señalar que el número de especies citado en la norma es menor en 14 especies que las 211 que consideró la Lista Roja de la IUCN para México en 2008.

 

 

Causas del declive de los anfibios

Cuando se comenzó a describir la pérdida de los anfibios a finales de la década de los años 80, las causas que provocaban dicho fenómeno eran desconocidas. Paulatinamente se ha comprobado que factores tales como el hongo patógeno causante de la quitridiomicosis, cambios microclimáticos del hábitat resultado del cambio climático global, tráfico ilegal de especies, pérdida de hábitat por desecación de los cuerpos de agua, cambios en el uso del suelo, contaminación de los cuerpos de agua, introducción de especies exóticas y la urbanización son las principales causas del declive de los anfibios (Santos-Barrera, 2004; Pounds et al., 2006; Wake y Vredenburg, 2008). Es importante mencionar que es probable que su efecto sinérgico, y no individual, sea la causa de las reducciones en las poblaciones de estos organismos (Santos-Barrera, 2004).

 

Referencias:

Blaustein A. R. y B.A. Bancroft. Amphibian population declines: evolutionary considerations. Bioscience 57: 437-444. 2007.

Conabio. Dirección técnica de análisis y prioridades. Coordinación de información y servicios externos. México. 2008.

Frost, D. R. Amphibian Species of the World: an Online Reference. Version 5.2 (15 july, 2008). American Museum of Natural History, New York, USA. Disponible en: http://research. amnh.org/herpentology/amphibia/index.php.

IUCN. The IUCN Red List of Threatened Species. IUCN Species Survival Commission. 2008. Disponible en: www.iucnredlist.org/static/stats Fecha de consulta: 19-12-2008.

Lips, R.K. J.R. Mendelson III, A. Muñoz-Alonso,L. C-Márquez, D.G. Mulcahy. Amphibian population declines in montane southern Mexico: resurveys of historical localities. Biological Conservation 119: 555–564. 2004.

McCallum, M.L. Amphibian decline or extinction? Current declines dwarf background extinction rate. Journal of Herpetology 41: 483-491. 2008.

Picco, A.M. y J.P. Collins. Amphibian commerce as a likely source of pathogen pollution. Conservation Biology 22: 1582-1589. 2008.

Pounds, J.A., A.C. Carnaval, R. Puschendorf, C.F. Haddad y K.L. Masters. Confronting amphibian declines and extinction. Science 313: 48- 2006.

Pounds, A., J. Savage y F. Bolaños. Incilius periglenes. In: IUCN. The IUCN Red List of Threatened Species. IUCN Species Survival Commission. 2008. Disponible en: www.iucnredlist.org/details/3172 Fecha de consulta: 09-12-2008.

Santos-Barrera, G. Las enfermedades infecciosas y su papel en la declinación mundial de las poblaciones de anfibios. Biodiversitas 56: 1-6. 2004.

Wake, D.B. y V. T. Vredenburg. Are we in the midst of the sixth mass extinction? A view from the world of amphibians. Proceedings of the National Academy of Sciences 105: 11466-11473. 2008.