Diversidad de ecosistemas

México es uno de los cuatro países con mayor número de especies animales y vegetales, por ello se encuentra entre los países denominados “megadiversos”, que albergan entre 60 y 70 por ciento de la diversidad conocida del planeta. La diversidad conjunta de especies representa aproximadamente 12% del total mundial en tan solo 1.5% de la superficie terrestre (Conabio 2006). En lo referente a los ecosistemas, uno de los niveles de organización de la biodiversidad, en México se encuentran la mayoría de los ecosistemas presentes en el planeta, lo anterior debido a la heterogeneidad del medio físico  y la posición geográfica del país. Los ecosistemas y los servicios ambientales que brindan son esenciales para el desarrollo y bienestar de la humanidad, por ello resulta necesario generar información sólida que permita conservarlos y aprovecharlos de manera sustentable. La obra, Capital natural de México, que contó con la amplia participación de diversos especialistas, representa la evaluación científica más completa sobre el estado del conocimiento, la conservación y el uso de la diversidad biológica de México con especial énfasis a la descripción y el análisis de los servicios ambientales que proporcionan los ecosistemas y su relación con el bienestar social (Sarukhán et al. 2009).

En esta evaluación, se describen dos clasificaciones de los ecosistemas terrestres basadas en las ecorregiones y en las comunidades vegetales del país (Conabio 2008). Las ecorregiones se han reconocido como áreas que contienen un conjunto geográficamente distintivo de comunidades naturales que comparten la gran mayoría de sus especies y dinámicas ecológicas, así como condiciones ambientales similares. En México, en su nivel más desagregado se reconocen 96 ecorregiones terrestres (INEGI-Conabio-INE 2008). Por otro lado, con base en el sistema de clasificación de los tipos de vegetación más utilizados actualmente por la academia y las instituciones gubernamentales (INEGI 2005) se agruparon en siete grandes categorías las comunidades vegetales del país y para cada una de ellas (bosques tropicales perennifolios, los bosques tropicales caducifolios, los bosques mesófilos de montaña, los bosques templados de coníferas y latifoliadas, los matorrales xerófilos, los pastizales, y los humedales) se presenta una descripción de  su distribución original y actual, las características físicas donde se desarrolla, los elementos florísticos que las definen y el número estimado de especies presentes. De la superficie con vegetación natural actualmente 95.82 millones de hectáreas se encuentra en estado relativamente bien conservado (vegetación primaria) y 42.15 millones hectáreas se encuentra en diversos estados secundarios. El cambio de uso de la tierra es el factor que ha causado el mayor deterioro de los ecosistemas del país. Hacia 1976 la cobertura original total del país se había reducido en 38%, y para 1993 solo cubría 54% de su superficie original. Así, por ejemplo la superficie arbolada del país representaba en 2002, como máximo, 38% de su cobertura original; siendo la vegetación asociada a las selvas tropicales la que ha recibido el mayor impacto (Conabio 2009).

La diversidad biológica del país, aunado a los serios problemas de deterioro de la misma implica un gran reto en cuanto a su conservación, con una adecuada planeación a múltiples escalas para representar a los elementos más vulnerables de la biodiversidad. Una de las principales estrategias para promover dicha conservación es la implementación de las áreas naturales protegidas (ANP) tanto a nivel federal, como estatal y municipal y de otros instrumentos de conservación in situ. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de conservación realizados en las últimas décadas, resulta necesario llevar a cabo una evaluación de la representatividad en las ANP de los hábitats y especies importantes para la conservación;  por lo que la Conabio y la Conanp en colaboración con, numerosas instituciones y especialistas, conformaron un grupo de de trabajo para identificar los sitios prioritarios para la conservación de la biodiversidad marina, terrestre y acuática epicontinental e de identificar los vacíos y omisiones en conservación de las ANP en México (Conabio et al. 2007a,b; Conabio 2009). Los resultados de estos estudios brindan una guía de apoyo para incrementar la superficie con decretos de protección y mejorar la representatividad del sistema de áreas protegidas del país. Sin embargo, dada la complejidad para conservar una porción viable y representativa de la vasta diversidad biológica será imprescindible multiplicar los esfuerzos para lograr el manejo sustentable fuera de las áreas de protección. Los casos en que ha sido posible conservar y manejar de manera sustentable los ecosistemas (Carabias et al. 2010) pueden tomarse como base para continuar trabajando en el país tanto a nivel individual, como de organizaciones sociales, instituciones académicas, sector privado y de las diferentes instancias gubernamentales con el fin de resguardar el patrimonio natural del país.


Fuente: Conabio. 2006. Capital natural y bienestar social. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. [Documento electrónico disponible en el portal de Internet: www.conabio.gob.mx]
Conabio. 2008. Capital natural de México, vol. I: Conocimiento actual de la biodiversidad. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, México.
Conabio. 2009. Capital natural de México, vol. II : Estado de conservación y tendencias de cambio. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, México.
Conabio-Conanp-TNC-Pronatura. 2007a. Vacíos y omisiones en conservación de la biodiversidad marina de México: océanos, costas e islas. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, The Nature Conservancy-Programa México, Pronatura. México.
Conabio -Conanp-TNC-Pronatura. 2007b. Vacíos y omisiones en conservación de la biodiversidad terrestre de México: espacios y especies. Comisión Nacional para elConocimiento y Uso de la Biodiversidad, Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, The Nature Conservancy-Programa México, Pronatura, México
Carabias, Julia, et al. (coords.), 2010. Patrimonio natural de México. Cien casos de éxito. México, Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.
INEGI. 2005. Conjunto de datos vectoriales de la carta de uso del suelo y vegetación: escala 1:250 000. Serie III (continuo nacional). Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Aguascalientes.
INEGI -Conabio-INE. 2007. Ecorregiones de México, nivel IV, escala 1:1 000 000. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática-Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad-Instituto Nacional de Ecología, México.