Pobreza

Un reto fundamental para la consecución del desarrollo sustentable es encontrar las variables que mejor reflejen la dinámica entre pobreza y medio ambiente. El combate a la pobreza ha sido una de las preocupaciones centrales de México en los últimos años y, específicamente para el medio ambiente, se ha convertido en una urgencia apremiante. Una porción importante de las cargas que inciden en el deterioro de los recursos naturales provienen de fenómenos vinculados a la condición de marginación, carencia y necesidad en que se encuentran grupos poblacionales importantes.

Aunque el fenómeno de la pobreza califica en muchos aspectos la calidad del desarrollo económico y social así como también determina el rumbo de las políticas de protección del medio ambiente, en México pocos son los datos estructurados alrededor de esta realidad que permitan conocer su dimensión, impacto y conformación. En este sentido, la atención a la superación de las condiciones de pobreza y marginación ha experimentado, en el mejor de los casos, políticas sesgadas e inconexas. Sin embargo en los últimos años ha habido una labor sostenida, desde la perspectiva de diferentes instituciones del gobierno, por generar la información que se relaciona con el tema a partir de perspectivas amplias que reflejan ciertamente las variables económicas, pero también toda una serie de aspectos de índole social y ambiental. La actual política ambiental convoca a las dependencias del gobierno y a la sociedad civil a actuar juntos y a incorporar el tema ambiental dentro de sus programas y acciones. Es, a través del enfoque de la integralidad y de la promoción de la sustentabilidad que la nueva política ambiental procura potencializar los esfuerzos y orquestar acciones que vayan al centro y origen mismo del desgaste de nuestro patrimonio natural.

En los últimos años se han logrado avances sustanciales en la calidad y la efectividad de los instrumentos para conocer el fenómeno de la pobreza. En primer lugar ya no se reduce solo a la perspectiva “nivel de vida”  que ponía el acento en el nivel de ingreso o con conceptos básicos de crecimiento y desarrollo económico (PIB por habitante, saldo del comercio de bienes, etc.), sino que en la actualidad, se abre la perspectiva para atender elementos como oportunidades de consumo (a través de la transferencia de ingreso) y aspectos como educación, salud y alimentación. Una de las circunstancias favorables a raíz de este avance lo representa la “focalización” a través del conocimiento de las determinaciones regionales. A diferencia de otros fenómenos económicos como la inflación o el ingreso nacional, en cuya medición existen convenciones metodológicas y estadísticas universalmente aceptadas, en la cuantificación de la incidencia de la pobreza prevalece un escaso consenso, no sólo respecto del método de medición a adoptar, sino también en relación a diferentes opciones metodológicas y operativas concretas que conduzcan a estimaciones aceptadas por organismos internacionales, gobiernos y/o investigadores sociales.

El enfoque de marginación desarrollado por Conapo le da un carácter de fenómeno estructural a la pobreza, este enfoque permite diferenciar unidades territoriales conforme a la intensidad de las privaciones que padece su población, así como también establece órdenes de integralidad en las políticas públicas prioritarias orientadas a mejorar la calidad de vida de la población y a fortalecer la justicia distributiva en el ámbito regional. También en esta institución se genera la información en torno al índice de desarrollo humano que permite valorar y tomar en cuenta el aspecto del desarrollo que no tiene que ver estrictamente con la posesión de bienes, sino más bien con la posibilidad del ejercicio de las  capacidades humanas básicas (permanecer vivo y gozar de una vida larga y saludable; adquirir conocimientos, comunicarse y participar en la vida de la comunidad, contar con acceso a los recursos necesarios para disfrutar de un nivel de vida digno).

En el manejo de este índice subyace la percepción de que el desarrollo humano no consiste solamente en contar con todas esas capacidades y ampliarlas permanentemente, sino también en procurarlas de manera productiva, equitativa, sustentable y participativa.

Por su parte, la Sedesol adopta la medición propuesta por el Comité Técnico para la Medición de la Pobreza que, usando un método de carácter monetario, también denominado Líneas de Pobreza (LP), especifica un umbral de pobreza mediante la valoración monetaria de una canasta de bienes y servicios considerados básicos, y su comparación con los recursos de que disponen los individuos o los hogares para adquirirla; si tales recursos les resultan insuficientes, se considera que la persona (o el hogar) se encuentra en condiciones de pobreza. En este contexto, esta dependencia ha identificado 263 microrregiones de atención prioritaria, esto es, zonas con alto grado de rezago y marginación

.

Fuente: Consejo Nacional de Población, Índices de Marginación 2000, Conapo, México 2001. Consejo Nacional de Población, Índice de Desarrollo Humano, Conapo, México, 2001. Secretaría de Desarrollo Social, Medición de la Pobreza en México: Variantes Metodologías y Estimación Preliminar, México, 2002.