Recuadro
Las sustancias químicas en números
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Las sustancias químicas se encuentran por doquier, todos los seres vivos están constituidos por ellas y es difícil concebir alguna actividad en la sociedad moderna en la cual no intervengan o hayan intervenido productos químicos, tanto en el hogar como en los lugares de trabajo e incluso en las actividades de recreación. De allí que se considere que numerosas sustancias son o han sido la base del progreso y su aprovechamiento, en una gran diversidad de procesos productivos, es identificado como un factor que genera negocios, ingresos y empleos (Yarto et al., 2003).

A nivel mundial, a julio de 2012 se habían identificado alrededor de 67 295 000 sustancias químicas y se calcula que aproximadamente 15 000 sustancias nuevas son incorporadas diariamente al registro del Chemical Abstract Service (CAS) de los Estados Unidos (CAS, 2012). Estas sustancias permiten controlar plagas, curar enfermedades, preservar alimentos, generar energía e intervienen en multitud de actividades productivas para la generación de bienes (INE, 2003). Sin embargo, estas sustancias pueden traer consigo también riesgos para la salud humana y el medio ambiente, muchas veces debido a su inadecuado manejo. Pueden alterar la productividad de los suelos, deteriorar la calidad de las fuentes de abastecimiento de agua y afectar la reproducción y el desarrollo de especies acuáticas y terrestres, además de que su manejo inapropiado puede ocasionar accidentes graves como explosiones, derrames e incendios.

Por lo anterior, los gobiernos de muchos países han trabajado en el desarrollo de instrumentos regulatorios y de información para la prevención o minimización de los efectos adversos de las sustancias químicas. Entre los instrumentos regulatorios se encuentran los inventarios creados para conocer el universo de las sustancias químicas que se comercializan en un país. En términos generales, se definen como una lista de sustancias químicas que son producidas en o importadas a un país y que se encuentran ligadas a algún tipo de registro que avala su comercialización. 

Para el caso de México, el Instituto Nacional de Ecología de la Semarnat ha trabajado en la elaboración del Inventario Nacional de Sustancias Químicas (INSQ), constituido inicialmente como un instrumento de información y conformado a partir de fuentes secundarias de información (Cédula de Operación Anual, pedimentos aduanales, datos de la Asociación Nacional de la Industria Química, entre otras). A la fecha, el inventario cuenta con una lista de 5 816 sustancias químicas identificadas en el comercio nacional. Éste contiene datos sobre la identidad química, los volúmenes de producción e importación y datos ecotoxicológicos de las sustancias. Debido a que el procedimiento que ha dado origen al INSQ se basa en fuentes de información existentes y no en un registro obligatorio, dicho inventario no refleja el universo completo de sustancias. Se estima que incorpora aproximadamente la tercera parte de las sustancias que se comercializan en el país.

Al comparar el INSQ con el inventario de sustancias químicas de Estados Unidos (conocido como el Inventario TSCA), con el de Canadá (denominado Lista de Sustancias  Nacionales, Domestic Substance List, DSL, por sus siglas en inglés), y la lista de sustancias registradas por la Unión Europea, se encuentra que el 71% de las sustancias del INSQ se encuentran en el Inventario TSCA, el 60% en el inventario de Canadá y el 22% en la lista de sustancias registradas en Europa (Tabla 1).

Con el objeto de identificar sustancias químicas que potencialmente pudieran representar un riesgo al medio ambiente, se aplican criterios de relevancia ambiental tales como la persistencia1, la bioacumulación2 y la toxicidad3 para los organismos terrestres y acuáticos. Considerando las sustancias en común entre el INSQ y la DSL de Canadá, aunado a la información ecotoxicológica disponible para las sustancias de la DSL (Environment Canada, 2012), se identifica que 858 sustancias del INSQ son persistentes y/o bioacumulables y tóxicas a organismos acuáticos, y 417 son inherentemente tóxicas para los humanos. Asimismo, de las 84 sustancias que la Unión Europea considera de muy alta preocupación, debido a que son sustancias que pueden tener efectos serios y frecuentemente irreversibles sobre la salud humana y el medio ambiente, 50 de estas sustancias se listan en el INSQ.

De acuerdo con el CAS se tiene conocimiento de que a la fecha sólo se han inventariado en comercio 295 096 sustancias químicas a nivel mundial (CAS, 2012), para las cuales existe información limitada sobre sus riesgos a la salud humana y el medio ambiente. Con la finalidad de subsanar estos vacíos de información y evaluar los riesgos de las sustancias que entran al mercado, algunos países han implementado un proceso de registro bajo dos esquemas principales:

  1) Las autoridades nacionales deben demostrar qué sustancias químicas representan riesgos a la salud humana o al medio ambiente, para así autorizar su uso bajo ciertas condiciones. Las sustancias nuevas que entrarán al mercado están sujetas a disposiciones más estrictas que las que se encuentran en el mercado (sustancias existentes).

  2) Los importadores y productores deben evaluar los riesgos a la salud o al ambiente de las sustancias químicas que comercializan o de aquellas sustancias nuevas que pretendan introducir al mercado. Bajo este esquema, los requerimientos de registro son iguales para las sustancias nuevas y existentes, es decir, no existe distinción entre éstas.

Se reconoce la necesidad de implementar en el país un procedimiento de registro que permita prevenir y minimizar los riesgos de las sustancias químicas, y a su vez, permita actualizar y complementar el INSQ. Este procedimiento tendría que considerar las características del mercado nacional de sustancias químicas y tomar ventaja de la información de relevancia ambiental generada a nivel internacional. Actualmente se cuenta con un registro de plaguicidas y nutrientes vegetales; no obstante, la regulación ambiental actual se enfoca principalmente en el control de sustancias peligrosas para abatir la contaminación ambiental.

Otro instrumento de información sobre sustancias químicas de gran relevancia lo constituye el Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes (RETC), que periódicamente reporta la emisión y transferencia al agua, aire, suelo y subsuelo de 104 sustancias consideradas de prioridad nacional, debido a que pueden ser persistentes y/o bioacumulables, tóxicas, carcinogénicas, mutagénicas y teratogénicas. El RETC se actualiza de la información recopilada a través de la Cédula de Operación Anual, que es un reporte obligatorio para las industrias de jurisdicción federal (Semarnat, 2012). Actualmente, la Semarnat trabaja en la creación de una norma oficial mexicana para ampliar el número de sustancias sujetas a reporte y establecer el mecanismo para incorporar sustancias adicionales al registro.

En la agenda internacional, México es signatario de múltiples iniciativas internacionales vinculantes enfocadas a proteger la salud de las personas y los ecosistemas, de los efectos adversos de las sustancias químicas (Tabla 2). Particularmente, México participó en la Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (PNUMA, 2012), celebrada en junio de 2012, en la que se reconoció que una gestión racional de las sustancias químicas es fundamental para la protección de la salud humana y el medio ambiente. Asimismo, se reafirmó el compromiso de México y de los demás países signatarios de la iniciativa voluntaria denominada Enfoque Estratégico para la Gestión de los Productos Químicos a Nivel Internacional (SAICM, por sus siglas en inglés), para cumplir en el 2020 con el objetivo de minimizar significativamente los impactos adversos de las sustancias químicas derivados de su uso y producción.

Notas:

1 Es la capacidad de una sustancia química para permanecer en el ambiente durante un tiempo prolongado después de su liberación, manteniendo sus características de peligrosidad.

2 Es el proceso por el cual la cantidad de una sustancia en un organismo o parte de él aumenta proporcionalmente con el tiempo de exposición.

3 Es la capacidad intrínseca de una sustancia química para causar daño a los seres vivos, desde el organismo individual hasta el nivel de  ecosistema.

Referencias:

Chemical Abstract Service (CAS). CAS Registry and CAS Registry Numbers. 2012.   Disponible en:
www.cas.org/expertise/cascontent/registry/regsys.html. Fecha de consulta: julio de 2012.

European Chemicals Agency (ECHA). 2012. Substances of Very High Concern identification. Disponible en:
http://echa.europa.eu/addressing-chemicals-of-concern/authorisation/substances-of-very-high-concern-identification. Fecha de consulta: julio de 2012.

Environment Canada. 2012. CEPA DSL Categorization:  Overview and Results. Canadá. Disponible en: www.ec.gc.ca/lcpe-cepa.

EPA. 2012. TSCA Chemical Substance Inventory. Disponible en:
www.epa.gov/oppt/existingchemicals/pubs/tscainventory/index.html. Fecha de consulta: julio de 2012.

PNUMA. El futuro que queremos. Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible. Río de Janeiro. Documento A/CONF.216/L.1. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Brasil. 2012.

Semarnat. 2012. Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes. Disponible en:
www.semarnat.gob.mx/temas/gestionambiental/calidaddelaire/Paginas/retc.aspx. Fecha de consulta: septiembre de 2012.

Yarto-Ramírez M., Ize-Lema I., Gavilán-García A. 2003. El universo de las sustancias química peligrosas y su regulación para un manejo adecuado. INE-Gaceta Ecológica 69: 57-66. 2003.

Autoras:
Leonor Cedillo
y Teresita Romero
Dirección de Investigación sobre Sustancias Químicas y Riesgos Ecotoxicológicos
Instituto Nacional de Ecología, Semarnat.