RESIDUOS PELIGROSOS
La gran diversidad de sustancias químicas que existe en la actualidad, si bien es cierto que ha servido para mejorar significativamente el nivel de vida de la población, también ha ejercido una presión importante sobre el medio ambiente y la salud humana (ver el Recuadro Las sustancias químicas en números). Una vez finalizada la vida útil de muchos de los productos que se fabrican a partir de estas sustancias o que las contienen, se convierten en desechos que ponen en riesgo la salud de las personas o pueden causar daños al medio ambiente. Entre estos desechos se encuentran los residuos peligrosos, definidos como aquellos que poseen alguna de las características CRETIB que les confieren peligrosidad (corrosividad, C; reactividad, R; explosividad, E; toxicidad, T; inflamabilidad, I; o ser biológico-infecciosos, B), así como los envases, recipientes, embalajes y suelos que hayan sido contaminados, según lo establece la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR). La norma oficial mexicana NOM-052-SEMARNAT-2005 establece las características, el procedimiento de identificación, clasificación y los listados de los residuos peligrosos.
Generación de residuos peligrosos
Los primeros estudios para estimar el volumen de residuos peligrosos generados en el país fueron elaborados en 1994 por el Instituto Nacional de Ecología (INE). A partir de entonces, las cifras han sido diversas, y se han basado fundamentalmente en la información reportada por las empresas que generan o tratan este tipo de residuos.
La aproximación más reciente sobre el volumen de generación de RP para el país se obtiene a partir de los registros que hacen las empresas incorporadas al Padrón de Generadores de Residuos Peligrosos (PGRP) a la Semarnat. Según la información contenida en dicho registro, para el periodo 2004-2011, las 68 733 empresas registradas generaron 1.92 millones de toneladas (Semarnat, 2012; Cuadro D3_RESIDUOP01_01). Esta cifra, sin embargo, no debe considerarse como el volumen total de RP generados en el país en ese periodo, debido a que el PGRP no incluye a la totalidad de las empresas que producen estos residuos en el territorio. Las diferencias entre esta última estimación de generación de RP con las reportadas en años anteriores (Tabla 7.1), se deben principalmente a: 1) el número de empresas y delegaciones que se usaron para calcular el volumen generado; 2) la depuración del padrón y la revisión de los reportes de generación de las delegaciones que permitieron eliminar las duplicidades en las empresas, así como a los errores de estimación de generación de los RP por parte de los generadores; y 3) la modificación de la NOM-052-SEMARNAT-1993 (actualmente NOM-052-SEMARNAT-2005) que establece las características de los residuos para ser considerados peligrosos, y de la cual se eliminaron los jales mineros y los recortes de perforación de la industria petrolera, los cuales constituían una importante fracción del total de RP generados reportados en estimaciones anteriores (Semarnat, 2009; ver el Recuadro Jales mineros y recortes de perforación en la Edición 2008 del Informe).
El mayor volumen de generación de RP correspondió a la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM; 584 666, es decir, poco más del 30% del volumen total generado), seguido por Chihuahua (342 650, 18%), Campeche (210 037, 11%), Tamaulipas (146 993, 8%) y Nuevo León (128 849, 7%; Mapa 7.6). En contraste, los estados que reportaron menores volúmenes de RP fueron Nayarit (1 190), Baja California Sur (1 414), Chiapas (1 555) y Tlaxcala (1 586), que en conjunto aportaron el 0.3% del total nacional.
Las industrias generadoras de RP que mayores volúmenes generaron entre 2004 y 2011 fueron la química (201 782 t; 10.5% del total de RP generados), metalúrgica (186 393 t; 9.7%), automotriz (170 194 t; 8.9%), servicios mercantiles (111 907 t; 5.8%) y la de equipos y artículos electrónicos (85 283 t; 4.4%; Figura 7.16).
Si se examina la generación en función de la categoría del generador5 (micro, pequeño y gran generador) y sector de actividad, para el periodo 2004-2011, los 38 194 microgeneradores (56% del total de generadores) produjeron 10 948 toneladas (apenas el 0.6% del volumen total reportado para el periodo); los pequeños generadores (24 772 empresas, 36%) reportaron una generación de 71 215 toneladas (3.7%) y los grandes generadores (5 767 empresas, 8%), produjeron 1 838 246 toneladas, que equivalen al 95.7% del total (Semarnat, 2012; Figura 7.17; Cuadro D3_RESIDUOP01_01).
En cuanto a la distribución geográfica de las empresas generadoras de RP del PGRP, la Zona Metropolitana del Valle de México fue la que reportó el mayor número entre 2004 y 2011 (10 589 empresas, 15.4% del total), seguida por entidades como Jalisco (6 979 empresas, 10.2%), Baja California (4 416, 6.4%), Chihuahua (3 545, 5.2%) y el estado de México (3 379, 4.9%; Mapa 7.7); entre ellas produjeron poco más del 55% de los RP del periodo. En contraste, las entidades con menor número de empresas fueron Tlaxcala (433, 0.6% del total de empresas), Nayarit (531, 0.8%), Quintana Roo (601, 0.9%) y Zacatecas (674, 1%; Cuadro D3_RESIDUOP01_01).
El mayor porcentaje de las micro y pequeñas generadoras de RP se encontraron en la Zona Metropolitana del Valle de México (15%), Jalisco (10.7%) y Baja California (6.6%), en conjunto contabilizaron el 32.3% de ellas. En el caso de las grandes generadoras, el 43% de las empresas se concentró en la Zona Metropolitana del Valle de México y los estados de Chihuahua y Nuevo León.
Por tipo de residuo, entre 2004 y 2011, las mayores fracciones de generación correspondieron a los residuos sólidos, que incluyen residuos de mantenimiento automotriz, asbesto, telas, pieles y metales pesados, entre otros (886 715 toneladas, esto es, 46.2% del total generado), seguidos por los aceites gastados (410 532; 21.4%), lodos (156 025; 8.1%), biológico-infecciosos (145 410; 7.6%) y solventes (65 470; 3.4%). Los RP que menos se generaron fueron las breas (571.5 t; 0.03% del total generado), las sustancias corrosivas (19 866 t; 1%) y las escorias (28 086 t; 1.5%; Figura 7.18; Cuadro D3_RESIDUOP01_20).
Debido a los riesgos que representan para la salud, los residuos biológico-infecciosos (RP-BI) son de gran importancia. Entre ellos se encuentran los que se producen en las instalaciones hospitalarias y las que brindan otros servicios de salud, destacando los cultivos y cepas de microrganismos, objetos punzocortantes, muestras patológicas y sangre, entre otros. En el periodo 2004-2011, su volumen de generación representó 7.6% del total de los RP generados nacionalmente, lo que equivale a 145 410 toneladas. El 89% de la generación reportada de este tipo de residuos se concentró en unas cuantas entidades federativas (Chihuahua, Nuevo León, Guanajuato y Tamaulipas) y en la ZMVM (Mapa 7.8). Por tipo de RP-BI generado, el 57.7% correspondió a los no anatómicos, seguidos de los patológicos (20.5%), los objetos punzocortantes (14.7%), la sangre (3.9%) y los cultivos y cepas (3.2%; Cuadro D3_RESIDUOP01_20).
Movimiento transfronterizo de residuos peligrosos
Dentro del manejo integral de algunos RP está su movimiento entre países. La importación, exportación o tránsito de estos residuos se presenta básicamente cuando se busca su tratamiento, reciclaje o reuso en algunos de los países involucrados, siempre y cuando se cuente con la aceptación o el consentimiento del país que los recibe.
En el caso del movimiento de RP entre México y Estados Unidos, se lleva a cabo por tres vías básicamente: 1) la industria nacional que exporta sus RP, 2) las empresas mexicanas dedicadas al reciclaje que importan los desechos para sus procesos industriales, y 3) el retorno de RP que se presenta cuando se importan de manera temporal productos, equipos, maquinaria o cualquier otro insumo que será remanufacturado, reciclado, reprocesado y que genera residuos peligrosos que deberán retornarse al país de origen. Entre 1995 y 2011 se observó una tendencia creciente en la importación desde los Estados Unidos de RP para su reciclaje y reutilización: pasó de poco más de 158.5 miles a 1.08 millones de toneladas (Figura 7.19). Del total de las importaciones, 98.3% del volumen correspondió a residuos sólidos y acumuladores y el restante 1.7% a residuos líquidos, llantas y tambores (Figura 7.20).
Por su parte, entre 1996 y 2011, los RP que entraron en la categoría de retorno acumularon un total de 1.11 millones de toneladas, con un promedio anual de poco más de 69.6 mil toneladas. En el caso de las exportaciones, sumaron en el mismo periodo poco más de 330 mil toneladas, con un promedio anual de 19 421 toneladas (Cuadros D3_RESIDUOP01_02; D3_RESIDUOP01_03 y D3_RESIDUOP01_04). En el caso de las exportaciones, del periodo 1995-2011, el mayor volumen correspondió a los recortes de perforación6 (3 909 473 toneladas; 92.2% del total exportado), seguidos por los residuos sólidos (251 796, 5.9%), residuos hexaclorados (26 725; 0.6%) y baterías (22 897; 0.5%; Figura 7.21; Cuadros D3_RESIDUOP01_02 y D3_RESIDUOP01_03).
En el caso de los movimientos transfronterizos de RP con otras naciones, durante el periodo 2003-2011 se otorgaron 69 autorizaciones de importación de RP con Canadá, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Panamá, Puerto Rico, Brasil y Argentina, con un volumen de 152 624 toneladas, de las cuales 126 750 (83%) correspondieron a acumuladores eléctricos usados, 22 531 (14.8%) a lodos con alto contenido de cobre, 3 117 (2%) a polvos de plomo antimoniales y 226 (0.15%) a aceites usados, convertidores catalíticos de autos y baterías agotadas (DGGIMAR, Semarnat, 2012).
En relación a las exportaciones de RP para el mismo periodo, se otorgaron 114 permisos de exportación a Alemania, Austria, Canadá, Corea, España, Francia, Finlandia y Suiza, con un volumen de 75 703 toneladas, de las cuales 42 799 (56.5%) correspondieron a catalizadores gastados a base de níquel, 23 400 (30.9%) a material contaminado con sal del ácido 2, 4 Diclorofenoxiacético, 5 126 (6.8%) a sólidos y líquidos contaminados con bifenilos policlorados y 4 378 (5.8%) que incluyen acumuladores usados, compuestos organoclorados con hexano, residuos de antidetonante de plomo y desechos de baterías de litio, entre otros (DGGIMAR, Semarnat, 2012).
Manejo de residuos peligrosos
Los residuos peligrosos pueden manejarse y/o disponerse de manera segura de distintas formas: a) por el reciclaje y reuso previo a su tratamiento y disposición final, b) por medio del tratamiento que reduce su peligrosidad, c) por su incineración bajo condiciones controladas, y d) por su confinamiento en sitios adecuados para ello. Para llevar a cabo estos procesos, los residuos deben transportarse previamente y de manera segura desde sus sitios de origen hasta las instalaciones donde serán manejados o dispuestos para su confinamiento. A nivel de entidad federativa, en 2011 los únicos con infraestructura autorizada para la recolección y transportación de RP fueron el Distrito Federal (500 t; 66.5% de la infraestructura total), estado de México (246 t; 32.7%), Nuevo León (4 t; 0.5%) y Jalisco (2 t; 0.3%; Cuadro D3_RESIDUOP01_17).
Entre la recolección de los RP y su tratamiento o disposición final puede requerirse el llamado almacenamiento temporal o acopio de residuos, en el cual permanecen almacenados un tiempo en espera de ser llevados a su siguiente fase de manejo, conforme a los tiempos que marca la LGPGIR. Debido a que las instalaciones autorizadas para llevar a cabo el almacenamiento temporal de los residuos no reportan el volumen anual alcanzado de almacenamiento, se reporta la capacidad instalada autorizada. En 2011 existían cuatro instalaciones autorizadas para el almacenamiento temporal de RP, con una capacidad instalada de 10 198 toneladas; estas plantas se encontraban en el estado de México (3 instalaciones, 198 toneladas de capacidad) y en Nuevo León (una instalación, 10 000 toneladas; Cuadro D3_RESIDUOP01_16).
Con respecto al manejo de los RP, la capacidad instalada autorizada para el reciclaje, aprovechamiento, reutilización, tratamiento, incineración y confinamiento en el periodo 1999-2011 se muestra en la Figura 7.22. La capacidad instalada debe entenderse como el volumen de manejo de RP, en alguna de sus modalidades, que la Semarnat autoriza a las empresas que solicitan realizarlo. Por lo anterior, no debe confundirse con el volumen real de RP que se reciclan, tratan, reutilizan, incinera o confinan, puesto que las plantas de las empresas autorizadas podrían no operar al total de su capacidad. En 2011, la capacidad autorizada instalada alcanzó poco más de 1.6 millones de toneladas, correspondiendo exclusivamente a reciclaje (1.4 millones; 86.5% del total) y tratamiento (216 mil; 13.5%).
Del volumen autorizado por la Semarnat a las entidades federativas para el manejo de los RP en 2011, el 86.5% correspondió a reciclaje y el restante 13.5% a tratamiento. Nuevo León fue la única entidad federativa con capacidad autorizada para el tratamiento de RP (poco más de 216 mil toneladas), mientras que para el reciclaje, la mayor capacidad instalada se autorizó a ese mismo estado (cerca de 649 970 toneladas; 47% de la capacidad de tratamiento autorizada nacionalmente), seguido por Chiapas (345 mil; 25%), estado de México (202 280; 14.6%), Querétaro (63 379; 4.6%) y Veracruz (35 977; 2.6%; Mapa 7.9; Cuadros D3_RESIDUOP01_07, 08, 09,15, 16 y RESIDUOP01_10_D).
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) aplica programas de inspección y vigilancia para verificar el cumplimiento de la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, la cual obliga a los generadores y gestores de RP a manejarlos de manera segura y ambientalmente adecuada (DOF, 2003). Por medio de las visitas de inspección se identifican irregularidades, se dictan medidas correctivas y se imponen clausuras en caso de presentarse irregularidades graves que representen un riesgo inminente al equilibrio ecológico, daño grave a los recursos naturales o contaminación con repercusiones peligrosas para los ecosistemas o la salud pública. El cumplimiento de las medidas correctivas se vigila mediante las visitas de verificación. En el periodo 2001-2010 se realizaron 51 837 visitas7 a los establecimientos registrados como generadores de residuos peligrosos, de las cuales 17 010 visitas no presentaron irregularidades (32.8%), 34 673 presentaron irregularidades leves (66.9%), 86 tuvieron clausuras parciales temporales (0.2%) y 68 clausuras totales temporales (0.1%; Figura 7.23; Profepa, 2011).
En el caso de los residuos biológico-infecciosos, en 2003 entró en vigor la norma oficial mexicana NOM-087-ECOL-SSA1-2002, referente al manejo interno, transporte, tratamiento y disposición final de los residuos biológico-infecciosos en establecimientos donde se brinda atención médica y donde se realizan trabajos de investigación (Profepa, 2008). Entre 2001 y 2010 se realizaron 7 333 visitas de inspección y verificación a estos establecimientos8, de los cuales 2 358 presentaron total cumplimiento de la normatividad (32.2%), 4 965 (67.7%) presentaron infracciones menores y sólo 10 casos (0.1%) merecieron clausuras debidas a condiciones inadecuadas para el manejo de estos residuos (Figura 7.24; Profepa, 2002, 2009 y 2011).
Por su parte, el sector de las maquiladoras recibió entre 2001 y 2010 un total de 4 740 visitas, de las cuales en 1 698 no se establecieron infracciones (35.8%), 3 025 tuvieron infracciones leves (63.8%) y sólo en 17 casos (0.4%) se recibieron clausuras por problemas en el manejo de los residuos (Figura 7.25).
Notas:
5 De acuerdo con la generación registrada, las empresas se clasifican en: 1) microgeneradores, que corresponden a los establecimientos industriales, comerciales o de servicios que generan hasta cuatrocientos kilogramos de RP anuales; 2) pequeños generadores, los que generan volúmenes iguales o mayores a cuatrocientos kilogramos y menores a diez toneladas en peso bruto total de residuos al año; y 3) grandes generadores, que generan volúmenes iguales o superiores a las 10 toneladas en peso bruto total de residuos al año.
6 Los datos sobre la exportación de recortes de perforación sólo cubren el periodo 1998-2007; a partir de ese último año Pemex dejó de reportar los valores de exportación para ese rubro.
7 Se puede realizar más de una visita de inspección a los establecimientos generadores de RP.
8 Las actividades de inspección se realizan en unidades de servicios médicos y hospitalarios, incluyendo clínicas, laboratorios y centros de investigación.
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