La huella hídrica se define como el volumen total de agua que se utiliza para producir los bienes y servicios consumidos por los habitantes de un país (Chapagain y Hoekstra, 2004). Este concepto se introdujo con el fin de proporcionar información sobre cómo se usa el agua en la producción, y complementar así los indicadores tradicionales de uso del líquido por los diferentes sectores. Como indicador agregado muestra los requerimientos totales de agua de un país, y es una medida del impacto del consumo humano sobre los recursos hídricos. El concepto de huella hídrica está muy relacionado con el de agua virtual, que corresponde a la cantidad de agua utilizada durante el proceso de producción de un bien o servicio (Figura a).

De acuerdo con Mekonnen y Hoekstra (2011), la huella hídrica tiene tres componentes: azul, verde y gris. La huella azul se refiere al consumo de recursos hídricos superficiales y subterráneos que se evaporan o incorporan a un producto. La verde corresponde al volumen de agua de lluvia consumido, lo cual es particularmente relevante en la producción de cultivos de temporal. Finalmente, la huella gris es el volumen de agua dulce necesaria para asimilar la carga de contaminantes que se desechan en las aguas domésticas y en aquellas que son producto de las actividades industriales y agropecuarias.
A nivel global, en el periodo 1997-2001, 86% de la huella hídrica estuvo relacionada con el consumo de productos agrícolas, 10% con el consumo de bienes industriales y aproximadamente 4% con los usos domésticos (Chapagain y Hoekstra, 2004). Entre 1996 y 2005, los países con la mayor huella hídrica a nivel mundial fueron China (1 207 Gm3 /año1 ), India (1 182) y el Reino Unido (1 053), que en conjunto sumaban aproximadamente el 38% de la huella hídrica mundial (Mekonnen y Hoekstra, 2011).
La huella hídrica per cápita es el volumen total de agua utilizado para producir los bienes y servicios que un individuo consume. Se obtiene multiplicando todos los bienes y servicios consumidos por un habitante promedio por su respectivo contenido virtual de agua. Los principales factores que determinan la huella hídrica per cápita son: 1) el consumo de agua promedio por persona; 2) los hábitos de consumo de sus habitantes; 3) el clima, en particular la evaporación, que determina las condiciones de cultivo; y 4) la eficiencia de uso de agua en la producción agrícola e industrial.
En los países desarrollados, donde el nivel de consumo de bienes y servicios es elevado, la huella hídrica per cápita es alta, debido en parte, al alto consumo de carne y de productos industrializados. Entre 1996 y el año 2005, los países industrializados alcanzaron una huella hídrica per cápita de entre 1 250 y 2 850 m3/año, con el Reino Unido en el extremo inferior del intervalo y Estados Unidos en el extremo superior. Por su parte, los países en vías de desarrollo, aun cuando pueden tener un consumo cárnico relativamente menor que los países industrializados, pueden registrar altas huellas hídricas per cápita como resultado de una baja eficiencia en el uso del agua y de las condiciones de cultivo desfavorables. Prueba de ello es que los países que alcanzaron la mayor huella hídrica per cápita, en ese mismo periodo, fueron Mongolia (3 775 m3/año), Niger (3 519) y Bolivia (3 468; Figura b y Mapa 1). En el caso de México, su huella hídrica per cápita registrada en el mismo periodo fue de 1 978 m3/año por habitante, lo que la hace 42% superior al promedio mundial.


Si se analiza la huella hídrica por sector, entre 1996-2005 la huella promedio global anual relacionada con la agricultura, la producción industrial y el suministro de agua para uso doméstico fue de 9 087 Gm3/año (74% correspondiendo a la huella verde, 11% a la azul y 15% a la gris). De este valor global, el 92% correspondió a la producción agrícola, 4.4% a la producción industrial y 3.6% al uso doméstico.
El hecho de que muchos de los productos que se consumen en un país pueden producirse en otra nación significa que la demanda real de agua de un país con frecuencia es diferente de lo que sugieren las extracciones nacionales. Los países con gran desarrollo económico pueden hacer uso, mediante la importación de productos, de los recursos hídricos de muchos otros países, con lo cual además reducen la presión sobre sus propios recursos hídricos. La huella hídrica de un país tiene, por tanto, componentes internos y externos. La huella hídrica interna es el volumen utilizado de recursos hídricos del país, mientras que la externa corresponde al volumen de agua utilizada en otros países para producir los bienes y servicios importados y consumidos.
Los mayores países exportadores de agua virtual en el mundo son, en América del Norte y del Sur: Estados Unidos, Canadá, Brasil y Argentina; en el sur de Asia: India, Pakistán, Indonesia y Tailandia; y Australia. En el otro extremo, la mayor red virtual de importadores de agua la forman los países del norte de África y el Medio Oriente, México, Europa, Japón y Corea del Sur (Mapa 2). México se sitúa en el sexto lugar mundial de los países importadores de agua virtual, con una importación neta de 92 Gm3/año, lo cual reduce su demanda de agua comparada con lo que se necesitaría si tuviera que producir la cantidad total de productos (principalmente agrícolas) para satisfacer la demanda de la población mexicana (Chapagain et al., 2006).

Los productos con gran participación en los flujos de agua virtual global son los cereales (17% del flujo total de agua virtual internacional), productos industriales (12.2%), café, té y cacao (7.9%), así como los productos de carne de res (6.7%). No obstante, el mayor flujo de agua virtual internacional es el que se destina a las oleaginosas (como el algodón, soya, aceite de palma, de girasol y de colza) y productos derivados, cuya participación representa casi el 44% de la suma total de flujos de agua virtual internacional.
Nota:
1 1 Gm3 = 1 Gigametro cúbico = mil millones de metros cúbicos.
Referencias:
Chapagain, A.K. y A. Y. Hoekstra. Water footprints of nations, value of water. Research Report Series 16, UNESCO-IHE. Delf. Netherlands. 2004. Disponible en: www.waterfootprint.org Fecha de consulta: octubre de 2012.
Chapagain, A.K., A. Y. Hoekstra y H.H.G. Savenije. Water saving through international trade of agricultural products. Hydrology and Earth System Sciences 10: 455-468. 2006.
Mekonnen, M.M. y A.Y. Hoekstra. National Water Footprint Accounts: the green, blue and grey water footprint of production and consumption. Value of Water Research Report Series No.50. UNESCO-IHE, Delft the Netherlands. 2011.
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