Recuadro | Impactos en la salud y económicos por contaminación atmosférica en la Región Centro de México
Si se aplicaran los niveles establecidos por las normas de calidad del aire en México, podrían evitarse miles de muertes prematuras al año en el país. Por mencionar una cifra, el INECC estimó que en el año 2010 más de dos mil decesos ocurrieron debido a la mala calidad del aire que respiramos. Además, las mortalidad prematura tiene un serio impacto en la economía y, en el caso señalado, se calcula que esas muertes equivalieron a pérdidas económicas por 45 000 millones de pesos (INECC, 2014).
La Evaluación de Impactos a la Salud (EIS) de las cerca de 40 millones de personas (33% de la población nacional) que habitaban en 2015 la Región Centro de México, denominada como Megalópolis,1 indicó que, si las concentraciones de contaminantes PM2.5 se redujeran a los límites establecidos por la OMS, se podrían evitar más de 9 000 muertes prematuras anuales, con un costo de 16 505 millones de pesos mexicanos (cálculo realizado para el año 2014). Mientras que si se redujeran los niveles del contaminante PM10 se evitarían más de 12 000 muertes, con un costo de 20 430 millones de pesos del mismo año (Figura 1.7.a; Riojas Rodríguez et al., 2016).
Figura 1.7.a |
Muertes evitables por contaminantes en la atmósfera y su costo económico, 2014 |
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En los municipios analizados de la Megalópolis, las concentraciones anuales promedio de PM2.5, oscilan entre 13 y 68 μg/m3; es decir, en todos los municipios se registran valores por encima del estándar de la norma mexicana y el lineamiento de la OMS (Figura 1.7.b). Si bien, el resultado de la evaluación de exposición a PM10 muestra concentraciones anuales promedio para los municipios de entre 29 y 65 μg/m3, el promedio general para la región es de 45.2 μg/m3, valor que rebasa entre 1.1 y 2.3 veces los estándares de las normas anteriormente mencionadas (Figura 1.7.b).
Figura 1.7.b |
Muertes evitables por contaminantes en la atmósfera y su costo económico, 2014 |
Notas: Fuente: |
En cuanto a la concentración promedio de O3 en las entidades, el valor más alto se presenta en la Ciudad de México (57.3 ppb) y el más bajo en Puebla (27.6 ppb). La concentración promedio de toda la Región es de 50.8 ppb, valor por debajo del estándar de la norma mexicana para este contaminante (70 ppb) y décimas arriba del estándar de La Organización Mundial de la Salud (OMS; 50 ppb) (Figura 1.7.b).
Estos resultados indican que existe un número significativo de muertes evitables asociadas con la contaminación del aire en la Región Centro del país, en donde todas las ciudades evaluadas están lejos de alcanzar promedios de concentraciones anuales cercanos a la norma de salud nacional y a las recomendaciones de la OMS. Lo anterior resulta aún más preocupante si se considera que dicha institución advierte que para el año 2030, cerca de 23.6 millones de personas morirán por alguna enfermedad cardiovascular, principalmente por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares, representando la principal causa de muerte en el mundo (WHO, 2014).
Cabe destacar que los municipios incluidos en el reporte de la EIS son aquellos en donde existió el número de días suficiente para realizar los análisis, por lo que todavía existe un número considerable de zonas en la Megalópolis que no cuentan con información completa de la calidad del aire (Figura 1.7.b; áreas señaladas con NA).
Si bien en México se cuenta con lineamientos como la NOM-025-SSA1-2014, que establece los límites permisibles de la concentración de partículas suspendidas PM10 y PM2.5 en el aire, y la Norma Oficial Mexicana NOM-044, sobre los límites máximos permisible de emisiones de vehículos pesados, México sigue siendo uno de los países de Latinoamérica, junto con Chile y Colombia, en los que sus ciudades superan por mucho los niveles establecidos por la OMS (Figura 1.7.c).
Figura 1.7.c |
Concentración promedio de PM2.5 en México y Latinoamérica, 2016 |
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Derivado de este estudio sabemos que los distintos niveles de contaminantes en la Megalópolis tienen, a su vez, impactos diferenciados en la salud y la economía, por lo que además de realizar mediciones totales de dichas emisiones de manera uniforme en todo el país, las políticas actuales deben además incluir mediciones de la composición y la química atmosférica de las partículas más peligrosas para la salud en cada ciudad. Dichas mediciones permitirían mitigar los contaminantes dependiendo de su peligrosidad y las características de la población, por ej., la toxicidad de las partículas de PM2.5 suspendidas en el aire depende de su mezcla con patógenos, el clima y la química atmosférica, entre otros factores (Figura 1.7.d; Xiangdong et al., 2019).
Figura 1.7.d |
Impactos en la salud de las PM2.5 en la contaminación del aire entre diferentes países |
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Asimismo, para poder proteger la vida de millones de personas y evitar los costos económicos asociados a los problemas de salud y las muertes prematuras, los gobiernos deben participar de manera coordinada con instituciones académicas y de salud para determinar cuáles son los contaminantes del aire más peligrosos y emitir medidas reglamentarias para reducirlos estratégicamente.
A nivel nacional, además de los lineamientos expedidos por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Secretaria de Trabajo y Previsión Social y la Secretaría de Salud para el aire exterior, se deberían considerar los contaminantes que se encuentren en el aire ambiente de los hogares y los sitios de trabajo, debido a que se ha encontrado que también influyen en la salud de las personas. Por ejemplo, en Asia, el hollín de los hogares que se emite como producto de la quema de combustibles usados en la calefacción y para cocinar, es la mayor fuente emisora de PM2.5 (van Donkelaar et al., 2016).
Finalmente, además de identificar los niveles de partículas suspendidas en el aire y su composición química a diferentes escalas, se debe evaluar la presencia de otros componentes biológicos en el aire, entre los que figuran bacterias, polen y hongos, los cuales son raramente considerados en estudios relacionados con la salud, a pesar de que pueden interactuar con otras sustancias químicas y ser tóxicos en sí mismos, produciendo inflamaciones e infecciones respiratorias (Xiangdong et al., 2019).
Referencias:
Evans-Meza, R. Carga Global de la Enfermedad: breve revisión de los aspectos más importantes. Revista Hispanoamericana de Ciencias de la Salud, 1(2), 107-116. Costa Rica. 2015.
IHME, Institute for Health Metrics and Evaluation. 2016. GBD Compare. Disponible en: http://www.healthdata.org/data-visualization/gbd-compare. Fecha de consulta: junio de 2019.
INECC. Valoración económica de los beneficios a la salud de la población que se alcanzarían por la reducción de las PM2.5 en tres zonas metropolitanas mexicanas. Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático. México. 2014.
OMS. Enfermedades cardiovasculares. Disponible en: https://www.who.int/cardiovascular_diseases/about_cvd/es/. Fecha de consulta: junio de 2019.