Recuadro | Los ecosistemas terrestres, tipos de vegetación y el uso del suelo
En varios medios de divulgación, formal y no formal, se ha vuelto costumbre utilizar de forma indistinta los conceptos de ecosistemas y comunidades, también es común que se utilice el concepto de cobertura vegetal como un sinónimo de uso del suelo.
Los conceptos, antes mencionados, están relacionados entre sí y en algunos casos son equivalentes, la diferencia estriba en cómo y cuándo se utilizan. El primer paso para el uso correcto de esos conceptos, es saber qué significan.
Comunidades y Ecosistemas
De acuerdo a Begon et al. (2006) en la naturaleza, en cualquier medio ambiente no vivo, se pueden encontrar ensambles de diferentes seres vivos haciendo diferentes cosas. Al medio ambiente no vivo también se le denomina componente abiótico o biotopo y a los seres vivos o especies se les nombra componente biótico o biocenosis.
La biocenosis es un ensamble de poblaciones integradas por diferentes especies, en donde cada población posee características únicas en cuanto a densidad, natalidad, mortalidad, distribución de sexos y edades, entre otras. Al conjunto de poblaciones que interactúan y se interrelacionan entre sí se le denomina comunidad. La estructura de una comunidad - que se debe en parte a las características de cada población - puede ser estudiada o comprendida a través de algunos parámetros como la abundancia, la riqueza y la diversidad de especies. Estos parámetros, también estructurales, pueden variar en el espacio y el tiempo, debido a fenómenos naturales (disturbios y perturbaciones) como las plagas y enfermedades, los incendios forestales, cambios en el clima o el proceso de sucesión ecológica, entre otros.
El concepto de comunidad puede ser un término equivalente a ecosistema si además de tomar en cuenta elementos estructurales, también considera a las redes de interrelación e interacción entre la biocenosis y el biotopo, o lo que es lo mismo, al flujo de materia y energía dentro del sistema. Este flujo, también denominado función del sistema, se refiere al reciclado de materiales, el establecimiento de cadenas tróficas, la producción primaria, la producción secundaria, la captura de carbono, la tasa de descomposición de la materia orgánica, la competencia y el mutualismo, entre otros.
En resumen, el concepto de comunidad se refiere a la estructura del sistema y al comportamiento del ensamble de poblaciones; mientras que el concepto de ecosistema, además de considerar la estructura y comportamiento, también considera al flujo de materia y energía (función del sistema); todo sucediendo en un lugar y en un tiempo determinado (Figura a).
Los tipos de vegetación
El concepto de ecosistema hace referencia al tiempo y al espacio. El tiempo es un parámetro relativamente fácil de medir, pero no así el espacio. Es difícil establecer o definir los límites de un ecosistema (Begon et al., 2006). Los ecosistemas son ensambles de múltiples especies que ocupan espacios con fronteras difusas, por lo que es casi imposible definir donde empieza un sistema y termina otro (Jorgensen y Muller, 2000). Estas fronteras difusas o zonas de transición entre ecosistemas y comunidades también se les denomina ecotonos, éstos pueden incluso alojar más especies que los mismos sistemas a los cuales bordean, el llamado "efecto borde".
Una forma de establecer límites entre ecosistemas es utilizar algún elemento representativo de la estructura o función del sistema (Jorgensen y Muller, 2000), por lo general se utiliza como modelo a los productores primarios y a sus grupos de especies más importantes (Zarco-Espinosa et al., 2010).
En el medio ambiente terrestre son los ensambles de poblaciones de plantas o comunidades vegetales los que ayudan a definir los distintos ecosistemas terrestres (Cervantes-Núñez, 2015) y en un nivel superior - dando mayor importancia al clima - a los biomas o ecorregiones terrestres (Challenger y Soberón, 2008).
Con base en lo anterior y utilizando los trabajos de Miranda y Hernández (1963) y Rzedowski (1978, 2006), el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) organizó, de forma jerárquica, los diferentes ecosistemas terrestres. En primer orden los grupos grandes de vegetación o formaciones vegetales (ecosistemas vegetales) y en segundo orden a las comunidades o agrupaciones vegetales con afinidades ecológicas, florísticas y fisonómicas (tipos de vegetación).
Los ecosistemas terrestres de México se pueden agrupar en 10 sistemas: bosques, selvas, matorrales, manglar, otra vegetación hidrófila, otros tipos de vegetación, pastizal natural, vegetación halófila y gipsófila. Los bosque y selvas, a su vez, se pueden dividir en bosque templado, bosque mesófilo de montaña, selva subhúmeda y selva húmeda. En cuanto a los tipos de vegetación o comunidades vegetales, la Carta de Uso del Suelo y Vegetación de INEGI (2013) considera 59 tipos, los cuales son retomados en este Informe.
Los usos del suelo
De acuerdo a Gregorio y Jansen (1998) el uso del suelo “se caracteriza por los arreglos, las actividades y los insumos de la población para producir, cambiar o mantener un cierto tipo de cobertura de la tierra”; “el uso del suelo depende de la interacción que se establece entre la cobertura de la tierra y las acciones de la población en su ambiente”.
El uso del suelo, entonces, incluye a los ecosistemas con su vegetación natural y su fauna, a la superficie hidrológica, los campos agropecuarios, las poblaciones humanas y su infraestructura urbana, los vestigios arqueológicos, los puertos y las presas, entre otras coberturas que han sido conservadas y/o modificadas por la actividad humana pasada y presente (FAO/UNEP, 2000).
En esta obra, el uso del suelo y vegetación fue agrupado – de acuerdo a sus afinidades y/o similitudes - en dos categorías: 1) coberturas naturales y 2) coberturas antrópicas. La vegetación natural sería el equivalente al grupo “Información ecológica, florística y fisonómica” de la Carta de Uso del Suelo 2011 (INEGI, 2013) y coberturas antrópicas incluiría elementos de los grupos “Información agrícola, pecuaria y forestal” e “Información complementaria” de la misma Serie.
En resumen, los usos del suelo y vegetación incluyen a los sistemas antrópicos y a los ecosistemas terrestres, estos últimos contienen a los tipos de vegetación o comunidades vegetales, tal como se muestra en la figura b.
Referencias:
Begon, M., C.R. Townsend y J.L. Harper. Ecology from individuals to ecosystems. 4a. edición. Blackwell Scientific Publications. USA. 2006.
Cervantes-Núñez, S., A. Challenger, C. Hernández-Hernández, C. Gay, M. de J. Ordóñez-Díaz, J.A.B. Ordóñez-Díaz, M. Gual-Díaz y M.T. Rodríguez-Zúñiga. Ecosistemas de México. En: Reporte mexicano de cambio climático, Grupo II impactos, vulnerabilidad y adaptación. UNAM/Programa de Investigación en Cambio Climático. México. 2015.
Challenger, A. y J. Soberón. Los ecosistemas terrestres. En: Soberón, J.G. Halffter y J. Llorente-Bousquets. Capital Natural de México, Volumen I: Conocimiento actual de la biodiversidad. Conabio. México. 2008.
Di Gregorio, A. y L.J.M. Jansen. Land Cover Classification System (LCCS): Classification Concepts and User Manual. For software version 1.0. GCP/RAF/287/ITA. Nairobi, Rome. 1998
FAO y UNEP. El futuro de nuestra tierra, enfrentando el desafío. FAO, UNEP. Roma. 2000.
INEGI. Guía para la interpretación de cartografía Uso del suelo y vegetación Escala 1:250 000 Serie V. México. 2015.
Jorgensen, S.E. y F. Muller (Ed). Handbook of Ecosystem Theories and Management. Lewis Publishers, Florida. 2000.
Miranda, F. y E. Hernández X. Los tipos de vegetación de México y su clasificación. Boletín de la Sociedad Botánica de México, 29: 1 - 179. 1963.
Odum, E.P y G.W. Barrett. Fundamentos de ecología. 5a ed. Thomson Editores. México. 2006.
Rzedowski, J. Vegetación de México. 1ra. edición digital. Conabio. México. 2006.
Zarco-Espinosa, V.M., J.L. Valdez-Hernández, G. Ángeles-Pérez y O. Castillo-Acosta. Structure and diversity of arboreal vegetation in the Parque Estatal Agua Blanca, Macuspana, Tabasco. Universidad y Ciencia Trópico Húmedo 26(1): 1 - 17. 2010.