Como resultado del rápido desarrollo de las sociedades actuales, los ecosistemas y los hábitats de las poblaciones de miles de especies han sido alterados significativamente, poniendo en riesgo su permanencia actual y futura. Actualmente se reconoce que la biodiversidad mundial enfrenta una crisis de extinción sólo comparable en magnitud a las cinco crisis ocurridas en el pasado del planeta. Ante la falta de datos precisos acerca del estado de conservación de las poblaciones de las especies de flora y fauna en muchas regiones y países, los listados de especies en riesgo han sido empleados como indicadores del estado de la biodiversidad. Bajo este esquema, la proporción de las especies conocidas en el país que se hallan listadas en alguna categoría de riesgo es un buen indicador de la reducción actual o potencial de la biodiversidad nacional.
El indicador puede subestimar el grado de riesgo de algunos grupos taxonómicos de flora y fauna, sobre todo de aquellos en los que no existe información suficiente acerca del total de especies conocidas en el territorio.
Este indicador forma parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM; Indicador 7.7) y de los indicadores ambientales de la OCDE. Dentro del Sistema Nacional de Indicadores Ambientales (SNIA), pertenece también al Conjunto de Indicadores Básicos del Desempeño Ambiental de México, al Conjunto Clave y a los de la Iniciativa Latinoamericana y Caribeña para el Desarrollo Sostenible (ILAC).
El aumento del valor del indicador denota un mayor número de especies en alguna condición de riesgo dentro de su grupo taxonómico particular, lo cual puede interpretarse como una pérdida potencial de la biodiversidad y por tanto, del capital natural nacional.