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Los impuestos ambientales (también denominados "impuestos verdes" o "ecotributos") son instrumentos económicos o de mercado que nacen de la intención de incluir en los precios los costos ambientales negativos de la producción o el uso de bienes. Permiten, por un lado, incidir en el comportamiento de los consumidores y productores desincentivando el consumo de productos o actividades que deterioran el ambiente, y por otro, aumentan la recaudación gubernamental haciendo posible destinar los recursos obtenidos hacia mejoras del sector ambiental. El indicador mide la participación de los impuestos ambientales, expresada en porcentaje, sobre el total de la recaudación tributaria de México.
El indicador no contiene información por conceptos distintos a los impuestos como derechos, productos o aprovechamientos y sólo incluye los impuestos recaudados por la federación.
Este indicador también forma parte del Conjunto de Indicadores de Crecimiento Verde de la OCDE.
El crecimiento del valor del indicador denota una mayor contribución de los impuestos ambientales a la recaudación fiscal del país, lo cual le permite al gobierno obtener mayores recursos para financiar sus actividades. Valores negativos indican un subsidio implícito al bien del que se trate. El valor del indicador no debe interpretarse como el grado al cual el sistema fiscal nacional es amigable con el ambiente; para ello es necesaria más información respecto a la estructura económica y fiscal del país.