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El desarrollo de las sociedades y su demanda de bienes y servicios han transformado o degradado grandes extensiones de ecosistemas naturales. Actualmente se reconoce que las principales fuerzas que promueven el cambio de uso del suelo son la expansión de la frontera agropecuaria y urbana y el crecimiento la infraestructura, este último por la construcción de carreteras, redes eléctricas y represas, básicamente. Como resultado, con la reducción de la superficie de vegetación natural se afectan la biodiversidad y los servicios ambientales, los recursos forestales y se aumenta la superficie con problemas de erosión y con pérdida de productividad del suelo, entre otras consecuencias. El indicador cambio de uso del suelo sirve para mostrar la presión que este proceso ejerce sobre algunos de los principales ecosistemas terrestres nacionales.
Dentro del Sistema Nacional de Indicadores Ambientales (SNIA), pertenece también al Conjunto de Indicadores Básicos del Desempeño Ambiental de México.
Tasas de cambio de uso del suelo negativas significan la pérdida de la superficie de ecosistemas naturales entre las fechas involucradas. Por el contrario, valores positivos denotan recuperación de la superficie natural.