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Las sociedades industriales han aprovechado la energía de los recursos fósiles para incrementar la productividad que hasta entonces había estado ligada al potencial productivo de los suelos. A partir del siglo XX, el petróleo sustituyó al carbón como fuente de energía y desde entonces ha contribuido a satisfacer, además de los requerimientos del metabolismo energético de los países, una proporción importante de sus recursos económicos. El volumen de reservas es importante para mantener la oferta energética de los países, así como para desarrollar estrategias que le permitan, a través de su adecuada explotación, asegurar el cumplimiento de sus objetivos de desarrollo. El indicador de reservas muestra el volumen de hidrocarburos en el subsuelo disponibles en el país en el corto, mediano y largo plazos.
Aun cuando la existencia de reservas de hidrocarburos es una fuente potencial de energía y recursos económicos para una nación, es muy importante considerar la perspectiva ambiental para determinar el volumen de las reservas que puede utilizarse para no poner en riesgo el sistema climático global, en virtud de que la quema de combustibles fósiles ha sido el principal agente de emisión de bióxido de carbono a la atmósfera. Se recomienda consultar la información relativa a la producción de hidrocarburos para visualizar con mayor detalle la dinámica temporal de estos recursos.
Este indicador también forma parte del Conjunto de Indicadores de Crecimiento Verde de la OCDE.
El crecimiento del volumen de las reservas indica, además del éxito de los esfuerzos de exploración y prospección que producen crecientes acervos de hidrocarburos, su disponibilidad para explotación en el corto, mediano y largo plazos. La caída de las reservas sirve de barómetro respecto al agotamiento de un recurso energético indispensable para las sociedades industriales actuales.