El volumen de agua disponible en una región depende de factores ambientales como la precipitación y su estacionalidad, los patrones de temperatura, la radiación solar y la topografía regional. Aunque la disponibilidad de agua comúnmente se expresa en términos del volumen de líquido disponible total o por habitante, es importante considerar que el agua disponible no sólo debe cubrir las necesidades de las personas, sino también abastecer las actividades agropecuarias, industriales y permitir el funcionamiento de los ecosistemas. De ahí que la reducción de la disponibilidad del agua pueda ser, en el futuro, un obstáculo para alcanzar el desarrollo sustentable. El indicador sobre la disponibilidad natural media de agua per cápita indica la cantidad de agua renovable promedio anual que le corresponde a cada habitante.
El indicador no permite observar las notables diferencias regionales en cuanto a la disponibilidad del líquido que existen en el país.
Este indicador forma parte de los indicadores ambientales del Banco Mundial, de los reportes de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y del Conjunto de Indicadores de la Iniciativa Latinoamericana y Caribeña para el Desarrollo Sostenible (ILAC).
La reducción progresiva del valor del indicador denota una menor disponibilidad del líquido por habitante. Distintos organismos internacionales consideran que cuando su valor es menor a los 1,700 metros cúbicos anuales pueden existir condiciones de "estrés hídrico" con frecuentes eventos de escasez. Cuando la disponibilidad es inferior a los mil metros cúbicos por año, se considera que pueden comprometerse la producción de alimentos y el desarrollo económico.