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Ante una población global en constante crecimiento, disponer de agua en cantidad suficiente y calidad adecuada para el consumo doméstico será una de las demandas básicas, pues afectará directamente su bienestar general. Considerando además escenarios futuros con cambio climático que puedan reducir la disponibilidad del líquido y con actividades agropecuarias e industriales en expansión que reclamen mayores volúmenes para su desempeño, el abasto para uso doméstico puede convertirse en un serio problema para la presente y futuras generaciones. En México, el uso del agua en el sector doméstico es, después del sector agrícola, el más importante por su volumen. La eficiencia en el uso del agua en el sector doméstico se refiere al volumen concesionado de agua subterránea y superficial al que cada habitante tiene acceso. El incremento en la eficiencia del uso del recurso hídrico reduce la presión sobre las fuentes de abastecimiento naturales y la competencia con otros sectores para su aprovechamiento.
El indicador puede sobreestimar el volumen de líquido que los ciudadanos realmente consumen, debido a que el volumen que se usa para su cálculo incluye al agua que se pierde durante la conducción, e incluso, la que en su destino no se consume.
Este indicador pertenece también al Conjunto de Indicadores de la Iniciativa Latinoamericana y Caribeña para el Desarrollo Sostenible (ILAC).
El incremento del valor del indicador denota la reducción de la productividad del agua en el sector doméstico, al aumentar la cantidad de agua que cada ciudadano emplea. Esto puede aumentar la presión sobre las fuentes naturales, tanto superficiales como subterráneas, así como la competencia con otros sectores por su uso.