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La población económicamente activa (PEA) define la magnitud del mercado de trabajo. A mayor participación se fortalece la competencia y se distiende el esfuerzo global por habitante en promedio. No obstante, existen ciertas actividades muy importantes para el desarrollo y bienestar sociales que configuran contextos propios y que limitan la expansión del mercado de trabajo, como son los estudios de tiempo completo, el mantenimiento de los hogares a tiempo completo o la crianza de los menores. La tasa de actividad muestra la proporción de la población total que asiste al mercado de trabajo.
El indicador permite medir el tamaño del mercado de trabajo en comparación con la población total y es un indicio del esfuerzo que debe realizar la sociedad en conjunto para sostenerse a lo largo del año. La división por género muestra los diferentes retos y sesgos de empleo que las personas encuentran al desempeñar sus actividades económicas.
Este indicador también forma parte del Conjunto de Indicadores de Crecimiento Verde de la OCDE.
Un indicador a la baja es síntoma de una contracción del mercado de trabajo respecto a la población total, lo que puede significar un mayor esfuerzo por parte de la población económicamente activa para soportar a la población total. Un indicador al alza denota una mayor participación de la población en el mercado de trabajo, lo cual puede asociarse con un esfuerzo menor para sostener al resto de la población no activa económicamente.