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Las inversiones, ya sean públicas o privadas, se refieren a los gastos destinados a incrementar o reponer los activos productivos. Algunas de las inversiones más importantes se enfocan en la construcción de infraestructura, prestación de servicios, promoción de incentivos para la creación y desarrollo de empresas y proyectos productivos, del comercio y a la generación de empleo, entre otras. La inversión es benéfica a través del flujo de capital, la creación de empleo, la prestación de servicios y el impulso a proyectos con beneficio social, principalmente. El indicador corresponde al total de la inversión pública y privada que se realiza en el país en relación al producto interno bruto (PIB).
El indicador no abarca la evolución completa de la acumulación de capital, puesto que el capital natural y humano no son alimentados directamente por los flujos de inversión. Aunque no existe un nivel de inversión que pueda considerarse adecuado para todas las economías, se sugiere un nivel de inversión que corresponda con un volumen de capital que genere el máximo nivel de consumo en el corto plazo.
Debe tenerse en cuenta que el indicador no distingue si la inversión potencia el desarrollo verde o tiene efectos ambientales benéficos.
Este indicador también forma parte del Conjunto de Indicadores de Crecimiento Verde de la OCDE.
Un valor creciente del indicador es reflejo de una mayor participación pública y privada destinada a incrementar o reponer los acervos productivos del país, lo cual puede reflejarse en un mayor nivel de actividad y crecimiento económicos. Como referencia, en los países de la OCDE el valor de este indicador alcanzó en 2012 un promedio del 19.6% del PIB (WB, 2014).