Introducción
México se encuentra en una situación geográfica privilegiada que le permite el acceso a una enorme diversidad de recursos marinos en el Océano Pacífico, el Golfo de México y el Mar Caribe. Sus litorales bordean poco más de 11 mil km, posee un mar territorial de 232 mil km2 y su Zona Económica Exclusiva (ZEE) cubre aproximadamente 3 millones de km2 (de la Lanza, 2004). Se encuentran en estas zonas numerosos ecosistemas: manglares, estuarios, lagunas costeras, arrecifes de coral y praderas de pastos marinos, entre muchos otros, en los cuales coexisten múltiples especies que se explotan como alimento y materia prima para una variada gama de productos para consumo y uso de la población. Estos recursos biológicos están representados por 350 especies de peces, 56 de moluscos, 42 de crustáceos, 12 de equinodermos y 4 de plantas (Conabio, 1998; DOF, 2004).
El aprovechamiento de los recursos pesqueros creció notablemente a nivel mundial entre 1950 y 2006: en este periodo la captura se elevó de 19 a 144 millones de toneladas para el total de pesca mundial (captura y acuicultura) (FAO, 2009). Por el volumen de su producción pesquera, México es uno de los veinte mayores productores en el mundo (13), con un equivalente al 1.07 % del total anual de la captura mundial para 2007 (FAO, 2010). Económicamente ha representado alrededor del 0.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de la nación (2001), y para ese año constituyó la fuente de trabajo para casi 269 mil personas (FAO, 2010). Por otra parte, la contribución de la acuicultura se ha incrementado de tal forma, que ubica a México dentro de los diez principales países productores en cuanto a crecimiento en el periodo 2004-2006 en el mundo (FAO, 2009, 2010).
Sin embargo, este crecimiento en la producción ha traído consigo el deterioro de las poblaciones silvestres de muchas especies, tanto en México como en el resto del mundo (Galindo, 1998; Groombridge y Jenkins, 2002; Godø et al., 2003; FAO, 2009). Los factores que han incidido directamente en ello son, principalmente, los crecientes volúmenes de captura y de la capacidad pesquera (Groombridge y Jenkins, 2002; EEA, 2003). De manera indirecta, las presiones derivadas de los impactos ambientales asociados a diversas actividades económicas, como la industrial, agrícola, turística y el desarrollo costero también han tenido efectos importantes en la actividad pesquera (Arriaga et al., 2000; Shiva, 2001; Sagarpa, 2002; Collares-Pereira y Cowx, 2004).
Como respuesta a esta problemática, en las últimas décadas ha crecido el interés global en relación a la explotación y la sustentabilidad de la práctica pesquera. El manejo de las pesquerías se ha orientado a evitar la sobrepesca mediante el establecimiento de tallas mínimas, vedas temporales y espaciales y las cuotas de captura, entre otros mecanismos. Paralelamente, se ha trabajado en el desarrollo y aplicación de un marco legal para las actividades pesqueras, el cual ha tenido por objeto la regulación del uso y manejo de estos recursos que permita el mantenimiento de sus existencias en el tiempo y la satisfacción plena de las necesidades de consumo de la sociedad. Las regulaciones pesqueras establecidas en nuestro país contemplan a la Ley de Pesca (DOF, 1992) y su Reglamento (DOF, 1999); en apoyo a estos instrumentos jurídicos se ha desarrollado un marco normativo representado por 22 normas de administración de pesquerías, dos para la protección de las especies de interés especial y cuatro para el área de sanidad acuícola (Sagarpa, 2000a, 2001a, 2002).
Referencias
Arriaga, C., L., V. Aguilar S. y J. Alcocer. Aguas continentales y diversidad biológica de México. México. 2000.
Collares-Pereira, M. J. e I. G. Cowx. The role of catchment scale environmental management in freshwater fish conservation. Fisheries Management and Ecology 11: 303-312. 2004.
Conabio. La diversidad biológica de México: estudio de país. México. 1998.
De la Lanza Espino, G. Gran escenario de la zona costera y oceánica de México. Ciencias 76: 4-13. 2004
DOF. Ley de Pesca. México. 1992 (25 de junio).
DOF. Reglamento de la Ley de Pesca. México. 1999 (29 de septiembre).
DOF. Carta Nacional Pesquera. México. 2004 (15 de marzo).
EEA. Europe´s Environment: the Third Assessment. Copenhagen. 2003.
FAO. El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2008. Roma. 2009.
FAO. Perfiles sobre la pesca y la acuicultura por países. México. Disponible en : http://www.fao.org/fishery/countrysector/FI-CP_MX/es. Fecha de consulta: 28-07-2011.
FAO. Yearbook of fishery statistics. Summary tables. Disponible en: ftp://ftp.fao.org/fi/stat/summary/default.htm#capture. Fecha de consulta: 28-07-2011.
Galindo, I. Dinámica de población y desarrollo sustentable. En: Toledo, G. y M. Leal (Eds.). Destrucción del hábitat. UNAM-Programa Universitario del Medio Ambiente. México. 1998.
Godø, O. R., A. Rijnsdorp, U. Dieckmann y M. Heino. The effects of fishing on the genetic composition of living marine resources. ICES Annual Report for 2002. Copenhagen. 2003.
Groombridge, B. y M. D. Jenkins. World Atlas of Biodiversity. UNEP-WCMC. University of California Press. USA. 2002.
Sagarpa. Anuario Estadístico de Pesca. México. 2000a, 2001a y 2002.
Shiva, V. Impactos ambientales nocivos. World Rainforest Movement. 51:1-2. 2001.
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