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Introducción

El clima de la Tierra ha sufrido variaciones naturales en el transcurso del tiempo. Sin embargo, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) señala que las actividades humanas han contribuido de manera importante al cambio observado en las últimas décadas. La superficie del planeta absorbe parte de la radiación solar que posteriormente es convertida en calor; mientras el resto es irradiada nuevamente al espacio en longitudes de onda más largas (infrarrojas; Houghton, et al., 2000; IPCC, 2007). En la atmósfera existen compuestos que se producen naturalmente, conocidos como gases de efecto invernadero o GEI: vapor de agua (H2O); bióxido de carbono (CO2); ozono (O3); metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), los cuales captan una parte de la energía irradiada por la Tierra y la regresan produciendo un calentamiento de la atmósfera y de la superficie terrestre (IPCC, 2007). A este fenómeno se le conoce como efecto invernadero; sin este efecto la Tierra sería en promedio 33°C más fría (Houghton et al., 2000; IPCC, 2001).

El IPCC ha definido el cambio climático como “… todo cambio en el clima a través del tiempo, ya sea debido a la variabilidad natural o como resultado de actividades humanas”. Esta definición difiere de la que plantea la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés): “… un cambio en el clima atribuido directa o indirectamente a actividades humanas que alteran la composición de la atmósfera mundial y que se suman a la variabilidad natural del clima observada durante periodos comparables” (IPCC, 2007).

El cambio climático es acelerado por el incremento de GEI en la atmósfera (NAS, 2001; IPCC, 2007). Aunque los GEI son emitidos por procesos naturales (e. g., en las reacciones microbianas, erupciones volcánicas y la evaporación del mar, entre otras; NAS, 2001), las actividades humanas (quema de combustibles fósiles, producción de refrigerantes, deforestación, cambio de uso de suelo, quema de biomasa, etc.) emiten cantidades adicionales de GEI, que se suman a otros que no ocurren naturalmente, como son los clorofluorocarbonos (CFC); hidroclorofluorocarbonos (HCFC) y halones comúnmente usados en la refrigeración, aire acondicionado y, los últimos, como agentes extintores de fuego (IPCC, 2007). El CO2 es considerado el GEI más importante debido a su larga vida en la atmósfera (entre 5 y 200 años); a su forzamiento radiactivo (1.3-1.5 Wm-2), -que es un índice de la importancia del factor como mecanismo potencial de cambio climático-; y al significativo incremento de su concentración en la atmósfera (38 por ciento respecto a la época preindustrial); su potencial de calentamiento es de 1.0 y es usado como referencia para establecer el potencial del resto de los GEI (NAS, 2001; IPCC, 2007).

México contribuye con alrededor del 1.5% de las emisiones de CO2 por consumo y quema de combustibles fósiles a nivel mundial, muy lejos de los primeros lugares en emisiones, que son los Estados Unidos y China (IEA, 2008). Es importante resaltar que aunque existen diferencias importantes en la magnitud de las emisiones por país, los GEI se dispersan en la atmósfera y el cambio climático ocurre a nivel global, afectando a todo el planeta (IPCC, 2007). Los principales cambios asociados al calentamiento global son el incremento del nivel del mar y de la temperatura (atmosférica y marina superficial), cambios en los patrones de precipitación, en la reducción de la extensión y grosor de la capa de hielo terrestre (glaciares) y de los casquetes polares, así como cambios en las pautas de circulación atmosférica y oceánica (mayor frecuencia, persistencia e intensidad de los fenómenos de El Niño-Oscilación Sur; Magaña, 1999; NAS, 2001; IPCC, 2007).

Para el caso de México, se ha previsto que la temperatura promedio superficial de México en el año 2020 podría ser entre 1.5 y 2.5°C mayor que la actual y llegaría hasta los 2 y 4°C para el año 2080. La temperatura de los mares también será mayor: en el Caribe, Golfo de México y Pacífico podría aumentar entre 1 y 2°C a partir del año 2020. En lo que se refiere a las lluvias, los estudios sugieren que podrían reducirse en el invierno hasta 15 por ciento en las zonas del país y 5 por ciento en el Golfo, e incluso, es probable que se retrase su inicio en gran parte del país. El número de tormentas severas puede aumentar causando inundaciones y deslaves. En contraste, se espera que se presenten periodos de sequía más extremos y prolongados (Semarnat-INE, 2006)). De acuerdo con un estudio incluido en la Tercera Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, los tipos de vegetación que podrían registrar los mayores cambios en sus superficies son los pastizales, matorrales de las zonas áridas y bosques de encino (Semarnat-INE, 2006). Los efectos sobre la población humana también son importantes. En el país existen cerca de 20 millones de habitantes asentados en lugares de alto riesgo de inundación, lo que los hace vulnerables ante los efectos de la ocurrencia de fenómenos hidrometeorológicos extremos (Magaña y Gay, 2002).

A escala global, las proyecciones indican que la concentración de CO2 en el año 2100 podría ser  de entre 540 y 970 partes por millón y que el aumento de la temperatura media de la superficie del planeta será de 1.8 a 4°C en la última década del siglo XXI. Es probable que se registren incrementos de temperatura en altas latitudes, mientras que en regiones subtropicales pueden disminuir hasta en un 20% para el año 2100. Se ha proyectado que el nivel medio mundial del mar se elevará entre 18 y 59 cm para fines del siglo XXI, aunque con variaciones regionales (IPCC, 2007).

Ante este escenario se requieren medidas a nivel nacional e internacional. En este contexto, México firmó y ratificó (en 1992 y 1993, respectivamente) la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés), cuyo objetivo es lograr la estabilización de las concentraciones de GEI en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropogénicas peligrosas en el sistema climático (UNFCC, 2009). Como instrumento de la UNFCCC surgió el Protocolo de Kioto, el cual plantea la reducción cuantificada de emisiones y mecanismos de flexibilidad para lograrla. México firmó este protocolo en 1998 y lo ratificó en el 2000 como país “no Anexo I” (de los países en desarrollo; UNFCC, 2009). Actualmente, los países están trabajando en el cumplimiento de sus compromisos ante la UNFCCC y el Protocolo de Kioto, que entró en vigor en febrero de 2005 (UNFCCC, 2009).

México ha cumplido con sus compromisos internacionales e incluso ha tomado la iniciativa en el desarrollo de programas y estudios en materia de cambio climático. Ha publicado tres comunicaciones nacionales con inventarios de emisiones de GEI y trabaja en la cuarta comunicación nacional que se planea esté lista a finales del 2009. También cuenta con estudios y programas sobre tecnologías para la mitigación del cambio climático en las áreas energética y forestal a través de una larga lista de programas e iniciativas. Destacan entre ellos el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), el uso de combustibles más limpios, la promoción de las energías renovables y programas orientados a conservar y manejar los ecosistemas forestales para fomentar la conservación y restauración de superficies forestales que capturen carbono. Aunado a ello, en enero de 2004 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la creación del Comité Mexicano para Proyectos de Reducción y Captura de Emisiones de Gases de Efecto de Invernadero (DOF, 2004) y en agosto de 2004 se creó el Programa GEI México (programa piloto mexicano para el cálculo y reporte de los GEI). Este último consiste en un acuerdo conjunto de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Comisión de Estudios del Sector Privado para el Desarrollo Sustentable (CESPEDES), el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) y el Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD, por sus siglas en inglés; Semarnat et al., 2005). México también publicó el Programa Especial de Cambio Climático, que tiene como objetivo o meta aspiracional “…reducir en un 50% sus emisiones de GEI al 2050, en relación con las emitidas en el año 2000. México aspira así a contribuir a un posible escenario de estabilización de las concentraciones de GEI en la atmósfera, a un nivel no superior a 450 partes por millón de bióxido de carbono equivalente (CO2 e)…” (Poder Ejecutivo Federal, 2009).

 

Referencias

DOF. Acuerdo por el que se crea con carácter de permanente la Comisión intersecretarial denominada Comité Mexicano para Proyectos de Reducción y Captura de Emisiones de Gases de Efecto de Invernadero. México. 2004.

Houghton, R. A., D. L. Skole, C. A. Nobre, J. L. Hackler, K. T. Lawrence y W. H. Chomentowski. Annual fluxes of carbon from deforestation and regrowth in the Brazilian Amazon. Nature 403:301-304. 2000.

IEA.  CO2 emissions from fuel combustion 2008 Edition. France. 2008.

IPCC. Climate Change 2007: The Physical Science Basis. Summary for Policymakers. Contribution of Working Group I to the Fourth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. 2007.

Magaña, V. O. (ed.). Los impactos de El Niño en México. Centro de Ciencias de la Atmósfera UNAM, Segob. México. 1999.

Magaña, V. O. y C. Gay. Vulnerabilidad y adaptación regional ante el cambio climático y sus impactos ambientales, sociales y económicos. Gaceta Ecológica 65: 7-23. 2002.

NAS. Climate Change Science. An Analysis of some key questions. National Academy Press. USA. 2001.

Poder Ejecutivo Federal. Programa Especial de Cambio Climático 2009-2012. Versión para consulta pública. México. 2009.

Semarnat, CCE, CESPEDES, WRI y WBCSD. Programa GEI México. 2011. Disponible en:
http://www.geimexico.org/acerca.html. Fecha de consulta: 28-07-2011.

Semarnat-INE. México Tercera Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. México. 2006.

UNFCC. Parties & Observers States. Ratification Status. 2011. Disponible en:
http://maindb.unfccc.int/public/country.pl?country=MX. Fecha de consulta: 28-07-2011.