Indicadores de presión
Aprovechamiento ilegal de la biodiversidad
El aprovechamiento ilegal se considera como una de las prácticas más dañinas para la biodiversidad (Naranjo et al., 2009). Incluye la cacería furtiva, captura, colecta, transporte y comercio no autorizado de ejemplares de la vida silvestre (Semarnap, 1997). Por los ingresos que genera, a nivel internacional se considera que esta práctica es la tercera de las actividades ilícitas, después del tráfico de drogas y armas (Conabio, 1998). Las especies sometidas a la comercialización ilegal se encuentran bajo una presión constante, lo que pone en riesgo su permanencia (CBD, 2002; Groombridge y Jenkins, 2002; PNUMA, 2008; WWF, 2008). A nivel poblacional, sus principales consecuencias son alteraciones en los tamaños y estructuras poblacionales, en los números relativos de hembras y machos, en su potencial y características reproductivas y en su composición genética, además de las repercusiones en el flujo y la dinámica de las cadenas tróficas de las comunidades de las que forman parte. Los especímenes, productos y subproductos de flora y fauna silvestre asegurados por operativo de inspección es un indicador de la presión mínima detectable que el tráfico ilegal ocasiona en la biodiversidad nacional.
Contingencias ambientales de origen antropogénico
El manejo inadecuado de sustancias químicas contaminantes que procesa o desecha la industria puede ocasionar contingencias y emergencias ambientales que amenazan la biodiversidad de los sitios aledaños a las zonas de producción o por las rutas de transporte. La Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente define las contingencias ambientales como situaciones de riesgo derivadas de actividades humanas o fenómenos naturales que pueden poner en peligro la integridad de las especies y los ecosistemas (DOF, 2007). En México, el número de contingencias ambientales que involucran materiales peligrosos es cada vez mayor, debido principalmente al crecimiento y expansión de la actividad industrial. Algunos de las contingencias más comunes son los derrames de hidrocarburos y sustancias tóxicas por la industria petrolera y el derrame de aguas residuales y otros desechos orgánicos (Semarnap, 1997, 1999; PNUMA, 2002; Profepa, 2008). La mayoría de las comunidades biológicas costeras, dulceacuícolas y terrestres son muy susceptibles al contacto directo con los hidrocarburos y a sus compuestos derivados disueltos en agua (UNEP, 2008; EPA, 2008; NOAA, 2008), así como a los desechos urbanos e industriales (EPA, 1992; Revenga et al., 2000; Culp et al., 2003; EEA, 2003; Silk y Ciruna, 2004). El indicador contingencias ambientales de origen antropogénico sirve para señalar la presión indirecta que el manejo inadecuado de los productos o residuos industriales puede ocasionar a las poblaciones de las especies que habitan los sitios aledaños a las zonas de producción o transportación.
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