Indicadores de presión
Desarrollo en zonas costeras con arrecifes de coral
El crecimiento demográfico en las zonas costeras impacta directa e indirectamente a los arrecifes de coral. La construcción de infraestructura, la extracción de material de construcción (arena y piedra caliza para producir cemento) y el dragado de puertos y canales de navegación son los impactos directos más importantes (Bryant et al., 1998; Wilkinson, 2000 y 2002). De igual manera, la descarga de aguas residuales municipales e industriales con nutrimentos y sedimentos afecta, a través del deterioro de la calidad del agua, el crecimiento y la supervivencia de los corales, favoreciendo además la proliferación de algas que los desplazan y eliminan (GESAMP, 2001; NOAA, 2001; UNEP, 2002). El indicador crecimiento poblacional de la zona costera con zonas de arrecifes de coral puede reflejar indirectamente la presión que el elemento demográfico ejerce sobre estos ecosistemas.
Turismo en zonas costeras con arrecifes de coral
El turismo es una de las actividades de mayor crecimiento en las zonas costeras del mundo (Wilkinson, 2002; Cesar y Chong, 2004), y en ellas los arrecifes de coral atraen particularmente cada año a multitud de turistas que buscan el contacto directo con su belleza natural. Sin embargo, los turistas afectan directamente a estos ecosistemas por el anclaje de las embarcaciones que los transportan y/o por el pisoteo o la colecta de partes o ejemplares completos de coral (Bryant et al., 1998; Lang et al., 1998; GESAMP, 2001; Agardy, 2004). De manera indirecta, la demanda de alimentos de origen marino afecta la composición de especies y la dinámica de las comunidades coralinas; además, las descargas de aguas residuales de hoteles y otros establecimientos turísticos causan la turbidez y eutrofización de las aguas y con ello la muerte de los corales (Lang et al., 1998; GESAMP, 2001; NOAA, 2001; UNEP, 2002). El indicador turistas en destinos costeros con arrecifes de coral supone que el volumen de visitantes está relacionado directamente con la magnitud de la presión sobre estos ecosistemas.
Pesca en zonas costeras con arrecifes de coral
La sobreexplotación de las poblaciones de especies de consumo humano por las artes de pesca tradicionales y la pesca destructiva (con redes de arrastre, explosivos o venenos) son las actividades pesqueras más perjudiciales para los ecosistemas coralinos (Bryant et al., 1998; Burke et al., 2000; NOOA, 2001). Los principales efectos de estas prácticas, además de la destrucción y disturbio del hábitat, son los cambios en la composición de especies y dinámica de las comunidades, que a su vez repercuten en la reducción de su biodiversidad en el corto o mediano plazos. La captura pesquera marina en zonas con arrecifes de coral puede reflejar el daño que esta actividad ocasiona a las comunidades coralinas. Sin embargo, puesto que no existen datos precisos de la captura nacional de productos pesqueros en los arrecifes de coral, este indicador no se presenta en la publicación. Se sugiere consultar el indicador captura pesquera nacional, en el capítulo de Recursos pesqueros, para obtener una aproximación a la presión que esta actividad ejerce sobre los arrecifes coralinos. Es importante notar que la producción pesquera de las entidades con zonas de arrecifes de coral sería, per se, una sobreestimación de los volúmenes capturados en estos ecosistemas.
Cambio climático global
Actualmente se reconoce que el calentamiento global del planeta registrado en los últimos 50 años ha sido influenciado de manera muy importante por las actividades humanas (IPCC, 2001; Hughes et al., 2003). Este fenómeno, junto con otros factores, también afecta a los arrecifes coralinos, produciendo el llamado “blanqueamiento del coral” (Bryant et al., 1998; Burke et al., 2000; NOOA, 2001; Hughes et al., 2003). Este padecimiento se debe principalmente al aspecto blanquecino que adquieren los corales y otros cnidarios como resultado de la pérdida de las algas simbiontes (zooxantelas) que viven dentro de pólipos. Si bien los corales pueden recuperarse si el estrés no es prolongado, en algunas ocasiones causa su debilitamiento y muerte (Wilkinson, 1998; Pandolfi et al., 2003). En este sentido, la variación en la temperatura del agua marina puede servir como un indicador para denotar la presión que este fenómeno ejerce en los ecosistemas coralinos. Sin embargo, no se cuenta con datos suficientes para documentar este indicador, por lo que no se incluyó en este trabajo.
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