Indicadores de respuesta
Rellenos sanitarios
El relleno sanitario es una técnica de eliminación final de los desechos sólidos en el suelo, que no causa molestia ni peligro para la salud y seguridad pública, tampoco perjudica el ambiente durante su operación ni después de terminado el mismo. En los rellenos sanitarios se utilizan técnicas de ingeniería que confinan los residuos sólidos en un área lo más pequeña posible, cubriéndolos con tierra y compactándolos regularmente para reducir su volumen. Además se prevén los problemas que pudieran causar los líquidos y gases producidos por el relleno, por efecto de la descomposición de la materia orgánica (IBAM, 2006).
A pesar de que la estimación de la cobertura de recolección de residuos sólidos urbanos alcanza en América Latina y El Caribe un promedio de 85% con marcadas diferencias dentro de los países, no existe la infraestructura para la deposición adecuada y segura de una gran cantidad de ellos (OPS, 2005; IBAM, 2006). En esta misma región, la cobertura de la disposición final de residuos en rellenos sanitarios es de 23%, lo que evidencia un serio problema ambiental y de salud por la proliferación de los tiraderos a cielo abierto o su depósito en cuerpos de agua (OPS, 2005). Esto significa que alrededor de 236 mil toneladas se depositan indiscriminadamente en el ambiente, en el mejor de los casos en tiraderos con un control precario (OPS, 2005, IBAM, 2006).
El indicador rellenos sanitarios muestra la respuesta de los gobiernos locales para la atención de la gestión de los residuos sólidos urbanos. Este indicador no se encuentra en otras iniciativas; la UE separa la cantidad de residuos dispuesta en rellenos sanitarios, incineración y reciclamiento. La OCDE y la Comisión de Desarrollo Sustentable de las Naciones Unidas proponen el gasto en el manejo o disposición de residuos pero, por ahora, no ha sido posible contar con la información que reúna las características adecuadas para incluirlo en esta publicación.
Reciclaje de residuos sólidos urbanos
El reciclaje involucra el procesamiento físico, químico o biológico de los residuos para utilizarlos como materia prima en la elaboración de nuevos productos. El beneficio ambiental del reciclaje se traduce en la disminución de los residuos municipales, de la contaminación y del ahorro de recursos naturales (OPS, 2005). Además, los beneficios que se generan con la minimización de los residuos sólidos urbanos por el reciclaje y la reutilización de materiales (se refiere a la utilización de los materiales de desechos sin mayor modificación para utilizarlos nuevamente con el propósito original para el que fueron fabricados) inciden directamente en la duración y eficiencia de los confinamientos controlados, principalmente por la reducción en el volumen de los desechos que requieren de disposición final.
La separación de los residuos sólidos urbanos en sus componentes orgánicos (restos de comida, principalmente) e inorgánicos (papel, cartón, textiles, plásticos, vidrios y metales) facilita su reuso y reciclaje, lo que disminuye tanto las presiones para contar con sitios adecuados de disposición, como los impactos al ambiente y la salud que están asociados a los depósitos no adecuados (EPA, 1999; Semarnat-INE, 2001; IBAM, 2006). El indicador reciclaje de residuos sólidos urbanos muestra la respuesta social y permite evaluar las estrategias en la materia. Los indicadores que se refieren al reuso y reciclaje son comunes dentro de las listas de indicadores, tanto ambientales como de desarrollo sustentable, particularmente en los conjuntos de Desarrollo Sustentable de la Comisión de Desarrollo Sustentable de las Naciones Unidas, de la OCDE y de la UE.
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