Proteje tu salud
La contaminación de las playas tiene su origen en fenómenos naturales (mareas rojas, lluvias intensas, huracanes, cambios climáticos inesperados) y actividades humanas en la zona costera y continental.
El exceso de lluvia durante las tormentas afecta a las playas cuando el agua de zonas interiores busca su salida al mar. Esto sucede por su capacidad para acarrear:
Materiales orgánicos naturales, basura doméstica y otros desechos.
Residuos abandonados en las calles pavimentadas (gasolinas y aceites automotrices).
Otros contaminantes llegan a nuestras playas provenientes de diversas actividades desarrolladas cerca de ríos, mares y lagunas:
- Fertilizantes o plaguicidas utilizados en zonas agrícolas.
- Derrames de fosas sépticas, plantas de tratamiento o alcantarillados.
- Residuos de granjas avícolas o porcícolas.
- Residuos de recubrimientos arquitectónicos (impermeabilizantes y pinturas).
- Residuos comestibles arrojados al mar por restauranteros que no cuentan con infraestructura para eliminar sus desechos.
- Residuos de pescados y mariscos producto de la actividad de pescadores al limpiar sus productos en las playas.
- Desechos de los barcos y otras embarcaciones menores (aceites o basura).
- Residuos provenientes de actividades industriales.
- Residuos provenientes de ingenios azucareros cercanos a la costa.
- Descargas de drenaje —tratadas o no— de origen doméstico, agrícola e industrial, cuando los drenajes del alcantarillado llegan directamente al mar o debido a la acción de mareas y corrientes, ya que pueden revertir los contaminantes hacia la zona de playas o concentrarlas en ellas durante días.
La contaminación de las playas puede también provenir de actividades desarrolladas en las grandes concentraciones urbanas que no cuentan con una cobertura suficiente de servicios de limpia, alcantarillado y tratamiento de aguas residuales. En las zonas costeras es factible la presencia de este problema durante la alta afluencia de vacacionistas, ya que los servicios urbanos se ven rebasados y los excedentes alcanzan el agua del mar, las playas o las lagunas costeras, afectando las condiciones sanitarias de las mismas.
Actividades dentro de una cuenca hidrológica, aguas arriba, también puede llegar a provocar la contaminación de las playas. Y aún labores aparentemente no relacionadas, como lavar el auto en la calle con detergentes no biodegradables o utilizar materiales de construcción como yeso diluido o cemento, pueden tener sus efectos en la contaminación de una playa.
Los contaminantes naturales y humanos del agua pueden afectar la calidad de las playas turísticas o las lagunas costeras y convertirlas en no aptas para nadar, pescar o realizar actividades recreativas y deportivas. El cambio de clima puede afectar las condiciones de seguridad para nadar en cualquier playa, y puede variar su calidad ambiental a lo largo del día, o entre uno y otro día.
Sin embargo, tú puedes decidir cuándo es seguro nadar en una playa si atiendes lo siguiente:
Consejos para ayudarte a decidir cuándo y en dónde es mejor nadar
• Respeta las advertencias de la autoridad
• Evita nadar junto a drenajes o desembocaduras de ríos y lagunas. Algunos estudios internacionales han demostrado que los ríos, lagunas y el drenaje pueden ser fuentes importantes de materia orgánica y contaminación de origen urbano e industrial.
• Observa las condiciones climáticas antes y durante tu visita a la playa
Revisa el pronóstico del clima para el día en que pretendas visitar la playa.
Asegúrate de que no se esperen lluvias fuertes durante el día o que no haya llovido intensamente durante uno o dos días con anterioridad a tu visita. De ser así, es posible pensar que el agua esté contaminada y contenga demasiados sólidos orgánicos en suspensión.
Después de una fuerte lluvia, espera como mínimo un día para nadar en playas ubicadas en “mar abierto” y tres para nadar en playas que se ubiquen dentro de bahías pequeñas y cerradas, así como en lagunas costeras.
Si no ha habido lluvias fuertes en días recientes, es muy probable que las playas sean seguras para nadar.
• Antes de decidirte a nadar o practicar algún deporte acuático, observa con atención:
Agua sucia, maloliente, turbia o con espumas de coloraciones inusuales.
Drenajes cercanos que lleven fuertes flujos de líquidos o sólidos hacia el mar.
Basura o residuos en el agua o la playa (peces muertos, latas de comida, botellas de refresco, popotes, envolturas de comida, detritos orgánicos naturales u otros desperdicios abandonados en la playa a causa de mareas).
Si encuentras una o varias características como las señaladas, abstente de realizar actividades en esa playa.
• Revisa las noticias sobre avisos de contaminación relacionados con la playa que pretendes visitar o los letreros que las autoridades ambientales y de salud colocan para alertar a los bañistas.
Algunos gobiernos locales dan aviso sobre las condiciones de las playas, incluyendo olas peligrosas, presencia de medusas, marea roja o contaminación.
En ocasiones, hoteleros con experiencia instalan banderas de colores que permiten al usuario de las playas tener información sobre el clima, los riesgos por contaminantes posibles o la presencia de algunas especies marinas que impiden ingresar al mar con seguridad.
Es vital la experiencia de los salvavidas en las playas, puesto que pasan mucho tiempo en ellas y las conocen muy bien. Pregúntales e infórmate con ellos.
• Existen otros que hay que considerar, incluso en ambientes no contaminados.
Irritación ocular
Lesiones en la columna vertebral
Contaminación química ocasional
Consumo de alimentos o bebidas antes de ingresar al agua
Accidentes (ahogamiento, lesiones, etcétera)
Cambios bruscos de temperatura que pueden ocasionar enfermedades
Recuerda que un factor muy importante es el comportamiento de los visitantes en las áreas de la playa. En algunos países, hasta un 50 por ciento de las muertes por ahogamiento se relacionan con el consumo de alcohol y conductas imprudentes.
En caso de presentar algún síntoma como fiebre, dolor intestinal, vómito, diarrea, dolor de oído, dolor intenso y constante de cabeza, irritación de ojos o piel, te recomendamos consultar inmediatamente al médico del hotel o al Centro de Salud más cercano al sitio donde te hospedas. En estos sitios existe información especializada al respecto y podrán orientarte o tratarte médicamente, según lo requieras. No te automediques ni inicies tu viaje de regreso a casa sin consultar a un médico.
Toma en cuenta que las enfermedades gastrointestinales también pueden tener su origen en alimentos o bebidas en mal estado. Si no presentas ninguno de los síntomas antes mencionados pero has nadado en aguas contaminadas o de condición sanitaria sospechosa, evita una nueva inmersión en ellas, aliméntate sanamente y mantente alerta a tu propia condición de salud.La “marea roja” consiste en la presencia numerosa de algas que contienen toxinas, principalmente neurotoxinas. Al comerlas, los peces se intoxican. Evita ingerir alimentos provenientes del mar cuando se presente la llamada “marea roja”. Corres un gran riesgo de salud si comes alimentos sacados directamente del mar y esto coincide con la presencia de marea roja.
Tu participación como habitante o turista de una playa o ciudad costera es muy importante:
No contamines la playa con basura.
Utiliza las instalaciones sanitarias del lugar donde te encuentres.
Si te estás divirtiendo con tu familia y llevas alimentos o bebidas a la playa no dejes los envases y desperdicios tirados o enterrados en la arena ni los avientes al mar.
No supongas que “los del hotel” o “los del municipio” recogerán la basura al terminar el día o a la mañana siguiente; puede ser que el mismo mar, otros turistas, la lluvia o hasta los perros dispersen tu basura en la playa y el mar antes de que los servicios de limpia lleguen a recogerla.